Yolanda Castillo se personará en el procedimiento judicial por la muerte violenta de su padre, asesinado el pasado dos de mayo en su domicilio de Cuzcurrita del Río Tirón. La pasada semana puso el caso en manos de un despacho de abogados de la capital riojana y estos días se encuentra a la espera de que la letrada que llevará la acusación le traslade «noticias» a lo largo de estos días.  

Mientras tanto, prosigue su particular calvario en el marco de una investigación que continúa abierta tras la detención de los dos principales acusados. Dos varones de 38 y 53 años, residentes en Logroño y Laserna, viejos conocidos de la Guardia Civil y que permanecen actualmente en prisión. Los últimos pasos dados or el Instituto Armado se han centrado en el registro e inspección ocular de la casa del municipio camerano de Pradillo, donde reside la compañera de uno de los implicados que fue puesta en libertad con cargos tras su detención.

La Guardia Civil no alberga duda alguna de que los dos detenidos fueron los autores de la brutal paliza que terminó con la vida de Guillermo Castillo. Pero algo no termina de cuadrar, ni a los investigadores, ni a la propia Yolanda Castillo.

La Guardia Civil, según fuentes próximas a la investigación, se encuentra a la espera de recibir los resultados de algunas pruebas que actualmente se encuentran en fase de análisis. De hecho, la propia Benemérita informó el pasado seis de septiembre sobre la reactivación de la investigación.

 Agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil en La Rioja, del Equipo Central de Inspecciones Oculares y del Servicio Cinológico con los canes Enzo y Kio -especialistas en la búsqueda y detección de restos biológicos como sangre, sudor o semen- tras la autorización del Juzgado de Instrucción número uno de Haro, desarrollaron durante los primeros días de septiembre una minuciosa inspección técnico-ocular en la ya citada vivienda de Pradillo y en un turismo, en el que presumiblemente se desplazaron los detenidos hasta la localidad de Cuzcurrita durante la noche del dos de mayo.

La Guardia Civil trata de determinar de esta forma la relación entre los autores y la víctima, además de la posibilidad de que salga a la luz algún colaborador implicado.

«Ojalá puedan culparla». La misma tesis defiende también la hija del hostelero riojano de 78 años. Ayer mismo insistía en su convencimiento de que puedan aparecer nuevos implicados. De momento, la investigación continúa abierta y centrada en la casa de Pradillo. «Solo deseo que termine todo cuanto antes y puedan culpar también a la mujer» que reside en el municipio camerano. 

Bajo estas premisas discurre una investigación avanzada pero que no termina de cuadrar aunque los principales sospechosos se encuentren ya en prisión.

El cuerpo de Guillermo sigue en el Anatómico 4 meses después  

La Guardia Civil ofreció una rueda de prensa tras la detención de los dos varones actualmente en prisión, para dar cuenta de una operación, la denominada 'Squilla', gamba en portugués, que sitúa el móvil, según el propio Instituto Armado, en el robo. Tal y como explicó la Benemérita, los presuntos autores del asesinato de Guillermo Castillo lograron un escaso botín que no llegó ni a los seiscientos euros.

Cuatro meses después de la trágica noche del pasado dos de mayo, Yolanda Castillo aún no ha podido dar sepultura a los restos mortales de su padre. El cuerpo continúa en el Instituto de Medicina Legal de La Rioja por si fueran necesarias nuevas pruebas mientras permanezca abierta la investigación.

La muerte violenta del hostelero riojano conmocionó al propio municipio riojano de Cuzcurrita del Río Tirón, a La Rioja en general y a numerosos clientes del restaurante de otras regiones que acudían a la popular bodega de Guillermo para degustar sus platos.