Alegría ganadera por la posible rebaja de protección del lobo

Feli Agustín
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Las organizaciones agrarias insisten en la necesidad de un «control poblacional» y aprecian la iniciativa comunitaria motivada por lo que entiende «peligro real» que la concentración de este animal supone

Oveja muerta por la acción del lobo. - Foto: UPA

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha coincidido con los ganaderos riojanos y ha alzado la voz contra el lobo ante el «peligro real» que la concentración de estos animales en algunas regiones europeas está suponiendo para el ganado y, potencialmente, también para los seres humanos.

Esta reflexión de Von der Leyen, a quien un lobo mató el pasado septiembre a Dolly, su poni, además de una  docena de ovejas y una vaca, llegó acompañada de la apertura de un plazo, hasta el 22 de septiembre,  para que «comunidades locales, científicos y todas las partes interesadas» envíen datos sobre «la población de lobos y sus efectos». La legislación europea se plantea «modificar, donde sea apropiado, el estatus de protección del lobo dentro de la UE», lo que supone un cambio de dirección en la política comunitaria, que aplauden las organizaciones agrarias riojanas.

«Es un detalle a agradecer», señala María José González, ganadera y miembro de la junta de directiva de ARAG-Asaja, que alaba la voluntad comunitaria de «escuchar». 

Insiste en la necesidad de acometer un «control poblacional» del lobo, permitiendo a las batidas de cazadores sacrificar a uno de estos animales si les sale al paso. «Esto no significa matar a todos, que hay muchos», asegura la ganadera, que  argumenta que se han producido un cúmulo de circunstancias que han propiciado la proliferación de estos animales y su acceso hasta casi el valle, entre las que cita la paulatina desaparición de la ganadería en las zonas altas, «lo que les obliga a buscarse la vida».

«Es imposible hablar de convivencia», asegura la representante de ARAG, que afirma que los ataques del animal añaden un elemento más al conjunto de factores que llevan a los ganaderos a renunciar a su vocación. Ella misma hubo de deshacerse de su rebaño  de ovejas,  «a las que quería» más que a si misma,  después de perder en las fauces del lobo a 66 madres y 42 corderas.

Vanesa Díaz, veterinaria de la Unión de Agricultores, coincide en la difícil convivencia y asegura que todas las decisiones que favorezcan a los ganaderos son «bienvenidas». Recuerda el trabajo realizado durante más de un año en La Rioja en la Mesa de la ganadería extensiva y el lobo, en la que también estaban presentes organizaciones ecologistas, «que parece que no da sus frutos» porque explica que cuando se han solicitado «extracciones reiteradas» debido al peligro que corrían las explotaciones, el Ministerio no ha respondido.

«Si se revisan las políticas de sobreprotección al lobo y se pueden beneficiar de alguna manera las explotaciones ganaderas, pues bien nos parece», reitera la representante de la Unión de Agricultores.

En parecidos términos se expresa Néstor Alcolea, secretario de Organización de UPA, que celebra el «cambio de rumbo» y  resalta que esta nueva dirección de la Comisión Europea choca de frente con la política que defiende el Gobierno español, con la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), que compartió el entonces Ejecutivo riojano, y de la que discrepa el actual, que ha pedido al Ministerio el restablecimiento de la antigua normativa.

 «A ver si el Ministerio capta el mensaje y reconsidera el estatus del lobo, al menos al norte del Duero», señala Alcolea, que asegura que en los ocho primeros meses del año los lobos han matado  unas 300 ovejas, que  se suman a las 672 contabilizadas del año pasado.

«Y ahora empieza lo peor, que la noche es más larga y se amplían las posibilidades de sufrir ataques», razona el representante de UPA, que conviene en la dificultad de la coexistencia de rebaños y lobos «que han bajado a Torrecilla».

«Y la situación va a mas y si no se autoriza un control poblacional supondrá la desaparición total de la ganadería extensiva», asegura Alcolea, que recorre los municipios afectados, Canales, Villavelayo, Masilla, Viniegra, Brieva, Villoslada «y está bajando por el corredor del Serradero a Nieva, que ya está sufriendo bastante ataque» y hasta Torrecilla. 

«Es una especie en expansión y las herramientas con las que cuentan los ganaderos, como los perros, son insuficientes», concluye.