A Mason Greenwood le sobra calidad por los cuatro costados. Es un jugador de otro planeta para el Getafe, que disfruta de un hombre diferencial que juega a otra cosa en el conjunto azulón y que ante el Granada, perdedor en el Coliseum (2-0), lució todo su repertorio para mantener las opciones lejanas del equipo de José Bordalás de jugar en Europa.
Hoy en día se ven pocos jugadores como el británico. Un desequilibrador nato. Vertical, directo, con clase y desparpajo. Un desenredador de partidos que desquicia a casi todos sus rivales con una clase que desborda juventud y que sufrió el Granada mientras aguantó el físico del jugador cedido por el Manchester United.
Y es que, Greenwood fue quien se encargó de abrir la lata para el Getafe pasados los veinte minutos. Dejó un gol de bella factura que podría haber sido imperial si Ignasi Miquel no hubiese rozado la pelota para desviar una vaselina sobre Augusto Batalla desde el borde del área.
La jugada en la que se fabricó el tanto fue diferencial. Una de muchas este curso y no pasará desapercibido para clubes de mayor enjundia que el Getafe. El británico cosió el balón a sus pies en el centro del campo y avanzó sin oposición con una tranquilidad pasmosa hasta las inmediaciones de la portería del guardameta argentino. Dejó atrás a Gonzalo Villar, encaró a Carlos Neva y rodeado de seis piernas, incluidas las de Ignasi Miquel, firmó el 1-0 con una vaselina casi perfecta.
Fue una más de sus incursiones bien arropadas por todos sus compañeros, muy enchufados desde el inicio y con cuatro novedades respecto a su anterior once que funcionaron. Debutó Yellu, que sustituyó al sancionado Milla en el centro del campo. No desentonó para nada; apareció Jaime Mata arriba por Enes Ünal; el canterano Jordi Martín sentó a Aleñá y fue de los más incisivos por la banda izquierda; y Juan Iglesias jugó por Carmona en el lateral derecho.
El Granada, con el mismo once salvo Arezo por Lucas Boyé en la delantera, se convirtió en un espectador de lujo de las diabluras de Greenwood. Salvo Bryan Zaragoza, otro jugón de categoría, el resto se vio desbordado por el Getafe. Y, precisamente, Bryan Zaragoza, fue el único que pudo marcar con un disparo desde fuera del área que rozó el poste derecho de la portería defendida por David Soria.
Pero no era el día para el Granada. Y Batalla, un gran portero, provocó el segundo tanto del Getafe después de salvar un cabezazo a bocajarro de Borja Mayoral. Antes del descanso, el meta argentino se resbaló ante la presión del delantero azulón, perdió la pelota y, a placer, Mayoral firmó su decimocuarto tanto del curso para igualar a Bellingham y a Dovbyk en la cabeza de los máximos goleadores.
El Granada pudo resucitar en el segundo tiempo con un penalti por mano de Jordi Martín (revisado por el VAR) que mandó al poste Uzuni. Los hombres de Alexander Medina perdieron su oportunidad de meterse en el partido justo cuando mostraban más colmillo con ganas de olvidar su errático primer acto.
El Getafe reculó, jugó con fuego y salió victorioso. Y todo gracias a Greenwood, a quien le bastaron 45 minutos para romper el partido, anular al Granada y asentar al equipo de Bordalás en el centro de la clasificación a siete puntos de Europa con un partido menos. El Granada, mientras, seguirá sufriendo. Seguirá penúltimo. Greenwood habló y sentenció al conjunto nazarí.