"Todos tenemos cosas que contar"

El Día
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Óscar Fernández, extremo de la Sociedad Deportiva Logroñés, ha recuperado su mejor versión en el terreno de juego al tiempo que el pasado mes de octubre publicó Vida y fútbol: la importancia de aprender a fracasar

Óscar Fernández. - Foto: Óscar Solorzano

Este libro es el que me hubiese gustado tener en las manos cuando dejé el Atlético Perines para jugar en el Racing de Santander». De esta forma arranca Vida y fútbol: La importancia de aprender a fracasar, libro publicado el pasado 1 de octubre y que supone la presentación, en sociedad, de Óscar Fernández (Renedo de Piélagos, 1995) escritor. Al futbolista lo conocen bien todos los aficionados de la Sociedad Deportiva Logroñés.

Las primeras líneas de Vida y fútbol se escribieron en septiembre de 2022, cuando el extremo volvía a disfrutar del deporte rey de la mano del Marino de Luanco.«Tres o cuatro meses después», recuerda, «ya estaba acabado». Entonces, el jugador blanquirrojo contactó con su editor, Javier, «para pulirlo, y darle forma, de la misma forma que uno cuando va a un gimnasio pregunta a un monitor qué tiene que hacer». Aunque no sabe qué tal está funcionando, se muestra contento «porque sé que está gustando y puede ayudar a padres, formadores y niños». «Hay equipos cántabros que me han llamado para dar charlas. Es un libro que puede tener un impacto positivo», completa.

Cuesta encontrar un futbolista con un libro entre las manos y Óscar Fernández es de los que leen. «De Robin Sharma (El monje que vendió su Ferrari, El club de los 5, etc.) me he leído casi todo y también me gustó Open (J. R. Moehringer), sobre Agassi, o Rafa (John Carlin)», señala.

Su obra recorre su experiencia de vida, una carrera cuyos highlights se retrotraen al Racing, «donde siempre soñé jugar», con el que debutó en Segunda «ante el Girona». En el primer equipo cántabro estuvo tres temporadas antes de iniciar una singladura que le llevó por media España: Alcorcón, Fuenlabrada, Barakaldo, Don Benito y Pontevedra. Fue en Pasarón donde llegó su epifanía. En esa temporada pospandémica, lamenta que «no me supe gestionar, no fui al psicólogo a tiempo».

El jugador blanquirrojo es de los pocos deportistas que reconocen, abiertamente, que ha ido al psicólogo. «Ahora no voy, pero si tendría que volver a ir, no tendría nigún problema», informa. «Todos tenemos cosas que contar», señala un futbolista que puntualiza que en el deporte, como en cualquier otra actividad, «el trabajo mental es un 70% del éxito». «Personalmente, lo estoy viendo.Soy un futbolista que viene de Segunda RFEF, que estoy en Primera RFEF, que estoy disfrutando en el Logroñés y que sé, a la perfección, lo que es el barro en este tipo de categorías», se despide un extremo sin tapujos que ha recuperado su mejor versión y que aunque sabe que «la vida no siempre es justa» confía en que el fútbol lo sea alguna vez con él.