De momento, terceros

M. A. G-S.
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El Ciudad de Logroño desarbola al Huesca para ascender a la tercera posición a la espera de lo que haga el Granollers en sus dos partidos aplazados

Erik Balenciaga completó una gran última hoja de servicios. - Foto: Óscar Solorzano

Ficha  técnica:

 

Ciudad de Logroño: Rangel Luan, Hackbarth (3), Délcio Pina (4), Miguel Sánchez-Migallón (3), Eduardo Cadarso (5, 2p), Casado (8, 3p) y Dorado -septeto inicial- Jorge Pérez (p. s.), Moreira (5), Balenciaga (6), Oswaldo Maestro y David Cadarso.

Huesca: Espinha, Carmona (3, 1p), Joao Pinto (3), Sergio Pérez (4), Rodrigo, Adriá Pérez (1) y Gucek -siete titular-; Arguilla (p. s.), Fuentes (5), Montoya (7), Miguel Malo, Asier Nieto (2), Marcos, Tioumentsev (2) y Domingo (1).

Árbitros: Sebastián Fernández y Alberto Murillo. Excluyeron con dos minutos a Fuentes, Asier Nieto, Rodrigo y Carmona así como a los locales Sánchez-Migallón, Balenciaga y Edu Cadarso.

Parciales: 3-5, 6-8, 7-11, 8-13, 10-14 y 15-16 (descanso); 18-17, 22-21, 25-25, 29-25, 33-27 y 34-28

Incidencias: último partido de la temporada en el Palacio ante unos 600 espectadores.

 

Miguel Sánchez-Migallón, en una buena primera mitad, y Rangel Luan, Délcio Pina y sobre todo Erik Balenciaga se despidieron del Palacio y del Ciudad de Logroño y lo hicieron ofreciendo una gran reacción ante un Huesca superior en la primera mitad pero que se vino abajo con el pasado de los minutos.

 

La reacción riojano valió un contundente 34-28 y la tercera posición, provisional, a la espera de lo que haga el Granollers, que perdió en Irún, en sus dos aplazados. Como mínimo serán cuartos, una recompensa a una temporada interminable, cargada de sobresaltos y contratiempos pero que el equipo logroñés ha sabido superar. Ayer tocó la última remontada y la despedida, además de los citados, de Hacbarth, Maestro y Ceretta, el único que no pisó el parqué.

 

El Palacio se preparó para despedir al capitán Miguel Sánchez-Migallón y a sus seis compañeros que jugaban su último partido al frente del Ciudad de Logroño. Debería haber sido un día de fiesta pero el Huesca se jugaba tanto -exactamente lo mismo que los riojanos- que no hubo ni tiempo para celebraciones.

 

Los oscenses no tardaron el cogerle el tiento al partido, obligando al conjunto riojano a ir a remolque. Al cuarto de hora, con los oscenses cuatro arriba, Miguel Velasco se vio obligado a parar el encuentro. Al Ciudad de Logroño le temblaban las piernas y no había manera de acertar dos ataques seguidos. El Huesca, por su parte, no tenía problemas para moverla. Con Tioumentsev en la pista o sin él.

 

En el minuto 20, el siete de Nolasco dominaba por seis (8-14). El resultado, con serlo, no era lo importante. Preocupaba mucho más la apatía ofensiva de los riojanos, incapaces de superar a la defensa altoaragonesa. Cuando lo lograban, lo hacían con tanta ingenuidad que apenas inquietaban a Espinha. Un par de penetraciones de Tomás Moreira y una acción fulmínea de Casado permitieron al conjunto riojano entrar en el último parcial con tres goles de desventaja, una buena noticia para un Ciudad de Logroño que vivió sus mejores momentos.

 

El Huesca no supo hacer mella en la portería de Rangel Luan y un lanzamiento imparable de Casado y una contra del capitán apretaron una contienda (13-14) que se fue al descanso con todo por decidir después de que Montoya sacara del atolladero a sus compañeros. Délcio Pina, por si acaso, se encargó de no aflojar la soga (15-16).

 

El Ciudad de Logroño salió enchufado para empatar a dieciséis con un tanto de Edu Cadarso. Y, sin pausa, Casado puso a los riojanos por delante (18-17). Ahora eran los altoaragoneses los que hacían la goma para aferrarse a la tercera plaza.

 

Una exclusión de Carmona y un fallo en la circulación puso a los riojanos dos arriba (22-20), resultado que permitía a los locales ocupar la tercera plaza de forma provisional. El intercambio de golpes fue la tónica de una segunda mitad que entró en su ecuador con todo por decidir: 25-25.

 

Sin embargo, los de Velasco tuvieron las ideas más claras y con Balenciaga como agitador y Casado en la definición desde el punto de penalti, abrieron una rendija (28-25) que obligó a Nolasco a parar el partido. Quedaban doce minutos y los oscenses se veían contra las cuerdas.

 

De hecho, en los dos parciales finales el equipo de Velasco se aseguró un cómodo desenlace, aprovechando la lentitud en el repliegue de un rival al que le faltó oxígeno para aferrarse a una tercera plaza que, a la espera de lo que haga el Granollers ante Guadalajara y Ademar, de momento es riojano tras su meritoria despedida (34-28) en una extenuante temporada