La incertidumbre se ha apoderado de las fiestas navideñas. Y la posibilidad de que la huelga del transporte llegue a materializarse la próxima semana de no haber acuerdo entre patronal y Gobierno no ayuda a rebajar la tensión. Los principales damnificados son las empresas que están pendientes de recibir los pedidos de dos días claves: 24 y 25 de diciembre. Y no son menos los comerciantes que tienen que suministrar a los clientes los alimentos que van a presidir las mesas en Nochebuena y Navidad, que miran con recelo y preocupación el paro patronal convocado para los próximos días 20, 21 y 22.

En todo caso, el presidente de la Asociación de Transportistas y Logistas de La Rioja (Atradis Rioja), Santiago Gutiérrez, ha trasladado a la ciudadanía un mensaje de tranquilidad ante la posibilidad de que el sector que representa pare la próxima semana. «El suministro está garantizado y todos los productos que se van a consumir en Navidad ya están en los lineales», afirmó durante la entrevista realizada en el programa Punto de Encuentro de La 7 de La Rioja.

«La semana que se ha cogido es muy llamativa pero normalmente no hay mucho movimiento», aseguró Gutiérrez, quien insistió en que los servicios mínimos estaban garantizados y que no iba a haber «ningún problema». 

Adelanto de pedidos. Ante esta situación, son muchos comerciantes los que están optando por adelantar los pedidos y hacer acopio de más género con la duda de si luego podrán venderlo y recuperar la inversión realizada o, por el contrario, tendrán que asumirlo. Y es que, la incertidumbre sigue planeando sobre el ambiente. Principalmente por el coronavirus, que vuelve a afectar a las reuniones familiares y, a consecuencia de ello, al gasto y al menú navideño. 

«Estamos con mucho miedo. Tal y como vienen las navidades, que nadie te adelanta pedidos, no puedes anticiparte a tener género y que luego no lo vendas», afirma Carmen de Pablo, de La Huerta de Sarramián, quien lamenta que esto no hace más que poner la «puntilla» a una situación lastrada ya por la caída de las ventas, más de la mitad en su caso en este último año, al igual muchos de los comerciantes de su zona, Gonzalo de Berceo, según denuncia De Pablo. 

El presidente del Mercado de San Blas, Alfredo Iturriaga, reconoce que los comerciantes de la plaza de Abastos están «asustados» al coincidir con los días previos a la Navidad y que, de producirse el paro, el panorama es poco alentador. «Nos quedamos sin días de venta; existe el miedo a que los pedidos no lleguen», reconoce. 

En la misma línea apunta Igor Arnedillo, de Carnicería Daniel, que contabiliza cerca de 400 pedidos para Navidad. «Es una incertidumbre muy grande para  todos», asegura, aunque reconoce que desconoce hasta qué punto afectará a su negocio, como puede ser el sumistro del cochinillo fresco, que recibe de Segovia, aunque no tanto el cabrito o el cordero, procedente de la sierra camerana. En su caso insiste en que, al margen de la posible huelga, tiene «todo garantizado y no va a faltar nada».   

El pescado y el marisco son los productos por excelencia de las fiestas navideñas y la incertidumbre no es ajena a los pescateros, que al igual que el resto, temen que los pedidos no lleguen en tiempo y forma. El género no puede adelantarse por tratarse de un producto fresco. Pero no es el único factor que puede afectar a la mercancía, ya que depende en gran medida de la oferta y del tiempo de la mar, factores determinantes también para marcar el precio de venta final. 

El conflicto de los transportistas, una situación «insostenible». El sector del transporte ha dicho «basta» ante la situación que está atravesando, que el presidente de Atradis Rioja, califica de «insostenible». Un conflicto que no es nuevo y que se ha agudizado en este último año.  

Entre las principales reivindicaciones del sector figura la prohibición de la participación del conductor en las operaciones de carga y descarga, que en la actualidad «nadie controla». «Qué cobertura jurídica tiene un trabajador que está haciendo un trabajo que no debe hacer con unos medios materiales que no son de su empresa en casa de un cliente», se pregunta Gutiérrez.

También pide que se aplique una cláusula de revisión del precio del gasóleo, para poder «transferir el sobrecoste del precio del combustible en factura»; que se reduzcan los tiempos de espera y que haya compensación, ya que los conductores «hacen 2.000 kilómetros menos de los que podía hacer»;o que no se implante la Euroviñeta.