El final de las clases en los colegios marca el inicio de un periodo difícil, en algunos casos, para los padres, que se enfrentan a un tiempo en el que sus hijos pueden pasar mucho más tiempo ante dispositivos electrónicos, algo para lo que los padres deben "mantener normas" en la misma línea que durante el curso.
Así lo ha considerado, en declaraciones a EFE, el director del grado en Pedagogía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Álvaro Pérez García, que es consciente de la "complicación" que supone el que los niños y adolescentes "y también nosotros, vivimos en un mundo en el que estamos rodeados de dispositivos".
"Los niños y adolescentes son nativos digitales, han vivido siempre rodeados de dispositivos e interactúan día a día con ellos", incide Pérez García, "y por ello no tienen la percepción de que estar mucho tiempo mirando una pantalla pueda ser un problema".
A ello se une el que las vacaciones escolares "generalmente no coinciden con las de los padres" lo que genera un caldo de cultivo para que los chavales pasen el tiempo delante de los dispositivos.
Frente a esta situación su principal recomendación es que "si las familias tienen unas normas durante el curso" para poder usar tabletas, ordenadores, móviles y videojuegos, "en verano no se pueden quitar del todo" y "aunque haya un poco de flexibilidad hay que mantener unos horarios concretos", ha asegurado el experto de UNIR.
"Es importante que esas normas se cumplan, aunque haya flexibilidad, y que se mantengan incluso cuando queramos que estén tranquilos", ha detallado este especialista en pedagogía.
Pero eso debe conllevar el que en las familias "se ofrezcan alternativas 'sanas'" principalmente al aire libre.
Por ejemplo, este experto incide en la importancia de la lectura en verano "porque es un momento en el que los chavales pueden vivir desde los libros las historias que ven en esos dispositivos".
Pero una parte fundamental para lograr un "ocio sano" de los jóvenes en verano es que los adultos "den ejemplo" porque "nosotros, aunque creamos que no, también abusamos de las pantallas en muchas ocasiones".
"El verano es un buen momento para guardar el teléfono y también para disfrutar de los hijos y ellos de nosotros" y "pasar tiempo con ellos es el mejor regalo que podemos hacerles, porque durante el año hay pocos momentos de calidad juntos" en el que "no son necesarias las pantallas".
El verano marca "una tarea para todos" porque "jugar, hablar, hacer actividades al aire libre son cosas de las familias, no solo de los chavales" y "aunque parezca fácil, no lo es".
Otro de sus consejos es no hacer que en el verano los hijos sean "una carga" para otros, en especial los abuelos, concluye Pérez García.