Cocina riojana en Queen's

David Hernando Rioja
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El restaurante 'Cambio de Tercio' del cocinero y empresario Abel Lusa atenderá a los espectadores y jugadores de esta conocida competición de tenis previa a Wimbledom. En enero hizo lo mismo en el Open de Australia

Abel Lusa en el Open de Australia - Foto: Abel Lusa

El cocinero y empresario riojano Abel Lusa ha logrado ser una pieza muy importante dentro de uno de los mejores y más prestigiosos torneos de tenis de la historia, el Open de Australia, y próximamente estará presente en Queen's, la competición previa a Wimbledom, otro de los cuatro Grand Slam que existen.

Lusa cuenta que todo empezó como una pequeña broma con el director del Open de Australia pero este año se convirtió en realidad. «Soy un loco el tenis, viajo a muchos torneos y conozco a muchas personas de este mundo. Le pregunté al director del torneo que cuando íbamos a abrir Cambio de Tercio en el torneo y me respondió que si hablara en serio eso es algo que estaba hecho», recuerda.

Relata que el año pasado le invitaron a verlo y este año volvió con cuatro de mis cocineros y hasta un guitarrista para «dar un ambiente español total». 

Abrieron dos locales, uno dirigido al público en el que se dio comida a  1.300 personas al día, y otro en la zona de jugadores. «Normalmente los jugadores tiene dos sitios para comer. Uno es el buffet típico donde les hacen arroz, pasta, carne o verduras a la plancha, y en una planta más arriba teníamos el restaurante Cambio de Tercio, donde hemos estado tres semanas dando de comer a todos los tenistas, equipos y gente del mundo del tenis», apunta.

Algunas de los platos que realizaron fueron unas croquetas u una especie de perritos calientes de chistorra con una salsa picante que elaboran ellos mismos y rúcula, entre otros.

El éxito de este proyecto ha sido tan grande que otros dos Grand Slam, Roland Garros y Wimbledom, se han interesado y han preguntado por hacer lo mismo, pero «no lo vamos a hacer porque no queremos terminar la relación con el Open de Australia, ya que nos han tratado muy bien y es una experiencia espectacular». «Lo que no quiere el Open de Australia es que ninguno de los tres Grand Slams restantes le copien todas las ideas e iniciativas que ellos tienen», añade.

Aun así, este riojano nacido en Ezcaray dice que en mayo irá a Roland Garros porque «no quiero cerrar puertas al futuro. Hemos abierto un negocio en el que no hay otros restaurantes que tengan tanta relación con el mundo del tenis como nosotros».

Aparte, Lusa anuncia que, a pesar de que no llevará su restaurante a otros Grand Slam, si que acudirá al torneo de Queen's, la competición previa a Wimbledom. «El director este año es el hermano de Andy Murray, Jamie Murray, y la idea es hacer lo mismo que en Australia», indica.

Estos proyectos, subraya, son apariciones «esporádicas» en algunos de los lugares «más chulos» del mundo, «donde ni siquiera te tienes que pelear por buscar clientes y el personal te lo ponen, salvo el equipo de cocina que lo pones tu». «Por ahora somos únicos porque «conocemos de entrada a casi todos los clientes del mundo del tenis», afirma.

De hecho, cuenta que a Rafael Nadal le alimentan desde que tenía 16 años siempre que iba a Londres, además de «ser un amigo personal», y aparte, otros tenistas mundialmente conocidos también han ido a comer allí, como Roger Federer, Carlos Alcaraz o Garbiñe Muguruza, entre otros.

Origen. Abel Lusa es un riojano nacido en Ezcaray que estudió hostelería en la escuela de Santo Domingo de la Calzada. Viajó a Madrid y después a Londres, donde abrió su primer restaurante, Cambio de Tercio, hace 28 años en Chelsea, «uno de los mejores barrios de Londres».

Más adelante abrió otros tres, aunque uno tuvo que cerrarlo debido a la pandemia de la Covid-19, ya que «el casero que tenía no aceptó concederme que tuviera seis meses de renta gratis, como tuvieron todos los bares y restaurantes de la ciudad londinense».

Esta profesión, explica, es una de las «más prostituidas» que existen. Pone el ejemplo de que ocurría antes en España cuando alguna persona se quedaba en el paro o ganaba dinero porque le habían dado un finiquito. «Esas personas abrían un bar o restaurante, ya que parecía fácil pero es una profesión muy complicada que te tiene que gustar mucho, que es la suerte que yo tengo».

Destaca que sus restaurantes están ubicados en un barrio privilegiado en el que «la clientela tiene un gran poder adquisitivo, lo que te permite vender mejores vinos y hacer el menú que tu quieras». Otra diferencia con otros sitios es que «pagamos mejor que los demás».

Además, otra de las características que ha permitido que estos restaurantes se mantengan en el tiempo es que «el dueño es uno más del equipo». «Está allí todo el día, motiva a sus empleados, les enseña y les echa la bronca cuando lo tiene que hacer», asegura.

«La pasión que tenemos por nuestro trabajo el cliente la ve», concluye este riojano.