Espacio polivalente

Bruno Calleja Escalona
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La Plaza del Coso conserva el nombre del primer recinto taurino que tuvo la ciudad. El lugar albergó también ferias de ganado y sirvió como espacio para la ejecución de reos

Imagen de las antiguas casas en torno a las cuales se conformó el coso. Tras sumirse todo el entorno en un proceso de decadencia, se construyó la barriada actual. - Foto: Apuntes Históricos de Logroño

La Plaza del Coso está sumida en plena transformación urbana, con la construcción de un nuevo centro de salud en el solar que dejó libre el antiguo cuartel de la Policía Nacional de Avenida Viana. Sin embargo, bajo los cimientos de este lugar rodeado de viviendas por tres de sus cuatro costados se conserva uno de los espacios recreativos más antiguos de la ciudad.

El nombre de Coso traslada rápidamente el pensamiento al mundo taurino. Sin embargo, además de servir como plaza de toros, antes de que la ciudad contase con un coso taurino construido ex profeso, ese rincón también servía tanto para el ocio de los logroñeses, como escenario para espectáculos de muy diversa índole, como para otros usos menos alegres, dado que asimismo era un lugar para las ejecuciones de reos.

Las primeras noticias sobre la actual plaza retrotraen al año 1597, cuando, según relata el excronista de la ciudad  Jerónimo Jiménez, se compraron unos terrenos con el fin de construir en ellos el coso. Las casas presentaban una forma de patio cerrado, abriendo su espacio interior como plaza pública.

En los vecindarios de finales del siglo XVIII se citaban ya estas casas, adjudicándoles un número dentro del conjunto urbano. Para entonces, el coso servía tanto para actos taurinos y como para los tres mercados de ganado del calendario anual de ferias.

Con el paso del tiempo, la actividad fue declinando en este lugar, pues las corporaciones municipales se planteaban la construcción de una plaza de toros más grande y moderna para acoger los espectáculos taurinos. Además, ese espacio se vio sentenciado con el incendio del convento cercano de San Francisco en 1869. A finales del siglo XIX, las crónicas lo describen como  un sitio maloliente y abandonado por el que nadie quería transitar.

Durante la Segunda República, se derribaron las viejas casas, que dejaron paso a un nuevo proyecto y a la construcción del cuartel de la Policía. El nuevo diseño, realizado después de la Guerra Civil, respetó su carácter histórico y conservó el nombre de Plaza del Coso, oficializado en 1946. Dos años después, se bendijeron las casas y el cuartel.

Desde entonces, las viviendas del Coso han mantenido su esencia, mientras que el cuartel de la Policía Nacional desapareció en 2017.