La escasez de lluvia lleva a una situación crítica al cereal

Feli Agustín
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La falta de precipitaciones amenaza a otros cultivos, como frutales o viña, y preocupa el estado de los embalses, sobre todo los del Iregua, cuya baja capacidad condicionará el riego

José Luis Pisón, de la UAGR, en un sembrado de guisantes en Murillo. - Foto: Óscar Solorzano

feli agustín / logroño

La organización de productores ASAJApidió ayer al Ministro de Agricultura, Luis Planas, la convocatoria urgente de la Mesa de la Sequía ante las «serias dificultades» del sector, debido a la falta de precipitaciones y los bajos niveles de agua embalsada, que en el conjunto del país es del 51,5%. Se  están  produciendo «pérdidas irreparables en los cultivos, como es el caso de los cereales y las leguminosas», señala la organización agraria que, aunque no estima que la situación en La Rioja alcanza cotas de tanta gravedad, sí considera que las perspectivas son muy negativas después de un año seco y extremadamente cálido, que no han logrado equilibrar las escasas lluvias de otoño y primavera.

«No está lloviendo nada, es un marco de precipitaciones casi inédito, tanto en Rioja Alta como en Rioja Baja», lamenta Igor Fonseca, secretario general de ARAG-Asaja, unas circunstancias climáticas que le hacen temer por el futuro de los cereales, trigo y cebada, al igual que la colza, que se han sembrado más tarde porque los cultivados de forma más temprana presentan una buena nasciencia.

Fonseca dirige también su atención a los cultivos en pleno desarrollo, como el guisante y la remolacha, que se están regando «más a menudo y más temprano de lo que suele ser habitual»,  y en los leñosos, almendro, olivo y viñedo, «que lo han pasado muy mal en el último año» y apenas tienen agua en el subsuelo. «La helada de la semana pasada también ha sido perjudicial para muchos cultivos», informa el secretario general de ARAG-Asaja, que vaticina que de no llegar las lluvias en próximas semanas, la situación puede ser, en ciertos casos, irreversible.

Óscar Salazar, presidente de la Unión de Agricultores, coincide en que el cereal es el cultivo que mayor afección está sufriendo, que atraviesa una situación «preocupante», y no solo por las circunstancias climáticas, que ya han mermado la cosecha y pueden llegar a  cercenar toda la producción en algunas parcelas, sino por la elevada inversión que, «debido a la especulación con las materias primas»,  hubo que realizar durante la sementera, en fertilizantes, herbicidas o carburantes.

 «Todo ello con una caída en los precios de los cereales del  30%, que llega al 50% en el girasol», explica Salazar, que asegura que la situación es «crítica», al igual que en sembrados de patata o remolacha. 

Apunta el complicado escenario de la ganadería extensiva, aspecto que también menciona Néstor Alcolea, secretario general de UPA, que destaca que los pastos están «agostados». Coincide en destacar los problemas del cereal, «que está empezando a espigar de una manera muy prematura;tiene un tamaño considerable y le haría falta un buen chaparrón», señala Alcolea, que explica que sería conveniente para retrasar su evolución y propiciar el desarrollo de masa vegetal.  Sin previsión de lluvia, al menos en 15 días, la colza es otro cultivo que, en pleno florecimiento, tiene menor tamaño del que alcanzó el año pasado por estas fechas.

Respecto a la viña, que ya lleva meses con falta de agua,  va a arrancar el ciclo vegetativo, lo que está obligando a los agricultores a regar las vides, «que no hacen ni mancha» porque no solo están secas las capas superficiales, sino también el subsuelo. 

Algo similar sucede con los frutales, «que necesitan mucha agua» no solo para la producción, sino también para el mantenimiento del árbol, cuya supervivencia se pone en riesgo.

Los pantanos. «Todos los cultivos se van a ver afectados, mira como están los pantanos;no va a haber agua para el riego», apunta Salazar, que augura que será necesario actuar en el valle del Iregua -sus embalses se encuentran a un 37,3% el de Pajares y en un 59,7% el González Lacasa- para permitir la viabilidad de los frutales.   Fonseca también incide en la situación de los pantanos, y aunque entiende que es prematura la adopción de medidas por parte de la Administración autonómica, sí que apela a los gestores de la cuenca, tanto a la Confederación del Ebro  (CHE), como a los responsables de medio ambiente de los distintos gobiernos, a que «sean muy cuidadoso y cautelosos» con los desembalses. «No se ha sido tan cauto como se debería», opina el responsable de ARAG-Asaja.

Alcolea también incide en que «llevan tiempo» avisando de las necesidad de ser «muy cauto y precavido» a la hora de desembalsar agua y  muestra su «preocupación», con los agricultores de la cuenca del Iregua y por el estado del Ebro, que pone en riesgo las hortalizas de verano en Rioja Baja, lo que «compromete» la campaña, aunque entiende que «estamos a tiempo de llenar los embalses».