"Actuar en mediaciones no es agradable pero hay que hacerlo"

David Hernando Rioja
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La jueza de Paz de Navarrete, María Pilar Infante, lleva en el puesto poco tiempo, desde el mes de marzo, ya que ahora está reemplazando a la mujer que estaba antes, quien presentó su renuncia

La Jueza de Paz, María Pilar Infante, junto a una escalera y una estantería dentro de una biblioteca - Foto: Óscar Solorzano

La jueza de Paz de Navarrete, María Pilar Infante, lleva en el puesto poco tiempo, desde el mes de marzo, ya que ahora está reemplazando a la mujer que estaba antes, quien presentó su renuncia. «Ahora me he vuelto a presentar y estoy esperando a ver si se confirma que puedo serlo», indica.

Destaca la importancia de este cargo en el pueblo. «Sirve para que los ciudadanos nos discutan entre ellos y no haya problemas, ya que actúa de intermediario».

Cuenta que es una figura que la ha visto toda su vida. «Las personas que han estado en el puesto las he considerado buenas personas, no se han metido en problemas y aclaran todo bien», recuerda.

Por todo esto, recalca que le gustaba la idea de ser jueza de paz, ya que «no me  gustan los conflictos».

Infante explica que el proceso de elección tiene varias partes. «La convocatoria se lleva a la sala de plenos del ayuntamiento, y si allí no se ponen de acuerdo, bajan  a los juzgados de Logroño y se decide si eres válido o no para el puesto», señala.

Este puesto, añade, conlleva unos requisitos, como no pertenecer a ningún partido político, ser mediador en todo para que las personas no discutan, entre otros.

Por otro lado, la jueza se muestra «contenta» con la labor que ha realizado en estos meses que lleva en el cargo, ya que «las cosas no van mal». Algunas de las situaciones en las que ha tenido que intervenir son mediaciones por lindes de fincas y de edificios, y firmar partidas de defunción y de nacimiento. «Actuar en mediaciones no es tan agradable pero hay que hacerlo. Todo sea porque esté todo el mundo bien», añade.

Aunque afirma que el caso más emocionante que ha tenido hasta el momento fue casar a una pareja. «No lo había hecho nunca, así que estaba muy nerviosa. Es emocionante poder unir a dos personas porque se quieran», subraya.

Por otra parte, Infante cuenta que no dedica todo su tiempo a actuar como jueza de paz en Navarrete, ya que compagina esta labor con su trabajo. «Suelo subir dos veces a la semana. Me llaman para firmar algunos documentos o si es necesario que medie en algún conflicto, quedó con las personas implicadas después de mi jornada laboral», relata.

Remarca la facilidad que tiene conocer a los vecinos del pueblo porque «sabemos de donde venimos todos», concluye Infante.

ARCHIVADO EN: Navarrete, Logroño