Los grandes tenedores de propiedades urbanas ganan terreno

Feli Agustín
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Un total de 2.618 ciudadanos o empresas tienen más de una decena, que han experimentado un crecimieto paulatino en una década para multiplicarse por 4

Una chica busca piso en un portal inmobiliario. - Foto: Óscar Solorzano

Los grandes tenedores, aquellos que poseen diez o más inmuebles urbanos, han mantenido un crecimiento paulatino pero constante en La Rioja en la última década y se han multiplicado por cuatro desde 2013. Según los datos catastrales, en esta comunidad 2.618 personas o empresas se consideran grandes  tenedores frente a los 1.972 de diez años antes;el número también creció un 3,5% en el último ejercicio desde las 2.529 propiedades.

La ley de la Vivienda aprobada el año pasado, que ha encontrado el rechazo frontal de las comunidades del Partido Popular -ninguna aplicará el Índice de Precios de Referencia al alquiler- establece que

un gran tenedor de vivienda es cualquier persona física o empresa que sea titular de más de 10 inmuebles urbanos, excluyendo garajes y trasteros, o una superficie construida de más de 1.500 m cuadrados de uso residencial, cifra que baja a cinco en las zonas declaradas como tensionadas, una denominación que solo ha aplicado Cataluña.

Si este fuera el caso, en La Rioja serían  24.751 los que tienen más de cinco bienes inmuebles de carácter urbano, de los que son 13.145 los que contabilizan entre 6 y 10; sumarían 2.299 los que tienen registrados entre 11 y 25; un total de 210 de 25 a 50 y un grupo de 109 acumula más de 50 propiedades.

Analizando la evolución, es el grupo entre 6 y 10 inmuebles el que más ha crecido en los últimos años y presenta una subida constante y sin desmayo y ha pasado de los 9.294 en 2013 hasta los 13.145 diez años después, un aumento que ha sido igualmente relevante  desde 2018, incluidos los años de pandemia;en el último ejercicio, el aumento tampoco ha frenado y presenta un incremento del 2,5% -desde 12.971 hasta 13.145-.

Igualmente, muestra un incremento, aunque mucho más modesto, el número de propietarios que suman de 11 a 25 bienes, que eran 2.211 en 2022 y 2.192 un año antes; la cifra ascendía a 1.603 en 2013;mientras que el grupo de  quienes tienen entre 26 y 50 bienes urbanosha permanecido constante en una década y eran 210 el año pasado, exactamente el mismo número que diez años antes. En cuanto a los mayores propietarios,  esto es, aquellos que tienen escriturados más de 50,  muestra un paulatino descenso y era de 130 una década atrás, a este privilegiado grupo pertenecían 125 empresas o sociedades en 2020; 123 en el 2021;111 un año después y 109 el pasado año.

¿Y cúantos tienen uno? No obstante, la mayoría de los propietarios riojanos, 123.575, esto es, cerca de la mitad -un 49%- de los 252.177 contabilizados, se conforman con un inmueble, mientras que son 57.652 los que han escriturado dos;29.839 son propietarios de tres;16.360 ciudadanos poseen cuatro y 8.988 tributan por cinco, de tal manera que cerca del 94% del suelo urbano riojano es propiedad de lo que la Ley de la Vivienda considera pequeños tenedores aun en áreas tensionadas.

Oscar Martínez Solozábal, presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios de España, apunta, como así lo constata la información del catastro, que la mayoría de los inversores son pequeños propietarios, con escasos inmuebles, aunque razona que es más probable que aumente el número de los que tienen más porque su capacidad económica les permite reinvertir; de hecho, el año pasado solo bajó el número de los que tenían un bien urbano, que eran 123.627 en 2022;en el resto, ha crecido la cifra de tenedores, pues eran 57.420 los que tenían dos -223 menos hace dos años-;29.711 -128 menos-los que tenían registradas  tres;mientras que eran 184 menos los propietarios de cuatro;y 133 los que tributaban por cinco.

El experto descarta que sean -en general- las grandes sociedades las  mayores propietarias, cuyo objetivo es el alquiler, que no se ha visto favorecido para los inversores con las nuevas normativas y, al respecto, explica que la ley de arrendamientos urbanos «complica» el alquiler, como lo demuestra la escasez que presenta.

Martínez Solozábal argumenta que esta complejidad ha conducido al aumento de los pisos turísticos, cuya regulación permite su ubicación en las plantas bajas, donde se están realizando proyectos, o  edificios completos, que también se están ejecutando.