El plan de partido estaba claro. Quien lo ejecutara era indeferente. Y el protagonita no fue el esperado, pero el premio era igual o más suculento todavía. Alex Martínez Jaráiz salió al rescate de la SD Logroñés contra el Real Unión, hasta hoy imbatido en su feudo y, con un gol en el descuento, logró que los tres puntos en juego en Irún viajasen de vuelta a Logroño.
Salió Andrés García con el siempre titular Iru acompañado de una línea de cuatro compuesta por Murua y Trespalacios, con Paredes y Gexan en bandas izquierda y derecha. Por delante de estos les acompañaban Manny y Cova, respectivamente, que poblaban la medular con Buyla, que se estrenó titularidad y Javi Castellano. En punta, los elegidos eran Jordi Escobar y Luzzi, que completaban el once inicial en el Gal.
En la primera parte pasó poco, o prácticamente nada. El partido tuvo que detenerse nada más comenzar por un choque entre Manny y Víctor Eimil que terminó con este último retirado en camilla. Ya con el balón de nuevo en juego, tuvo dos acercamientos con peligro el bloque irundarra, los dos a balón parado. Primero fue el siempre peligroso Oyarzun en un golpeo desde la frontal que se marchó desviado, y el mismo final tuvo el segundo intento de Iván Pérez en un cabezazo de un saque de esquina botado por el primer protagonista. Se llegó al descanso sin goles en el marcador, una buena muestra de cómo se presumía la seguna mitad.
Volvieron los protagonistas y a quien mejor sentó el paso por vestuarios fue a la SDLogroñés, que presentó otra cara, con más ritmo y velocidad en su juego. Diez minutos tras la reanudación, Luzzi tuvo el primer aviso blanquirrojo en una llegada desde segunda línea, pero con un defectuoso remate al primer toque. Jugadas después, tuvo Escobar la más clara del partido hasta ese momento. Encaró a su marca, se deshizo del central irunés con un fantástico recorte y en el mano a mano ante Irazusta, el arquero de Usúrbil se hizo enorme y sacó el pie para evitar el gol visitante.
Se rompió el partido con el paso de los minutos y cualquiera de los dos conjuntos pudo abrir la lata en el correcalles que se había convertido, y, aunque el Real Unión estuvo más cerca, no lo logró. Cuando ambos daban por bueno el empate, llegó él. Jaráiz, el delantero del Balsamaiso, se llevó a dos centrales y de forma inesperada, sacó un fuerte disparo cruzado con el que superó a la zaga y al guardameta, marcando el único y definitivo gol que permitía volver a sumar tres puntos y que le convirtió en el héroe que entregó una enorme bombona de oxígeno a la SDLogroñés. Más valor aún, cuando eres el primer equipo de la temporada en ganar en el Stadium Gal. Siempre se respira más tranquilo fuera de los puestos de descenso.