A lo largo de 30 años, Belinda Jiménez Fernández, se ha recorrido y trabajado en cada una de las zonas verdes de Logroño y, además, ha estado «otros tres años más en el taller municipal, hasta que pasé a trabajar con las empresas privadas, las dos que han gestionado en estos años el mantenimiento de parques y jardines». 

Se refiere a Agua y Jardín, encargada de la gestión hasta 2008, y a Respira Logroño, la filial del grupo Eulen que se encarga del mantenimiento de zonas verdes desde entonces. Esté la empresa que esté, asegura que los años que le quedan hasta la jubilación espera «poder seguir trabajando en esto, si el cuerpo me lo permite, que yo creo que sí».

En concreto, lo que más hace es «recortar arbustos y participar en la campaña de plantación, en invierno y verano, y a veces también resiembras y limpieza de plantas». Otros compañeros cortan el césped, poda de árboles, riego de jardineras... «cada uno tiene sus funciones y entre todos mantenemos Logroño, según lo que nos marcan nuestros jefes de Eulen y Medio Ambiente del Ayuntamiento».

La jardinera recortando setos en la zona del paseo de la Florida de Logroño. - Foto: Ingrid

Acostumbrada a los cambios de temperatura y a trabajar con diferentes condiciones climáticas, indica que «es peor trabajar con el calor», aunque «lo más duro son las plantaciones, con sitios en los que hay que poner 2.000 o 3.000 plantas o especies con las que estas varias semanas, lo que supone realizar más movimientos o agacharse, porque aunque cada vez hay más tecnología este sigue siendo un trabajo muy manual. Para podar tenemos maquinas eléctricas potentes y sin cables, pero plantar hay que hacerlo a mano con azada».

Precisamente, una cosa llamativa es que hay gente que no respeta su trabajo. «Algunas personas arrancan las plantas según las ponemos, se las llevan o las estropean, después llegan otras que se quejan porque ven feo el jardín y por unos u otros, se quejan a nosotros cuando realmente ya habíamos hecho bien nuestro trabajo, hay de todo».