Durante veintiún años, Alberto Ruiz de Galarreta(Logroño, 1983) fue baloncestista profesional, una carrera dilatadísima que hoy toca a su fin aunque el alero lleva un año fuera de las pistas. Formado en el Calasancio y Maristas, a los trece años dio el salto al Siglo XXI. El Pamesa Valencia fue su primer club profesional. El Tizona, el último. Cumplió su sueño de jugar en la elite y también de representar al Clavijo en la Oro.

Este viernes anuncia su retirada aunque en realidad la 22-23 ha estado en blanco.

Han sido meses de espera, por si salía algo aunque es cierto que tenía la cabeza desconectada, en modo entrenador, centrado en la tecnificación. Salieron cosas pero ninguna me convenció.

¿Cuándo decide dejarlo? Prácticamente cuando no sale la opción del Logrobasket. La cabeza estaba en otra cosa.

La Rioja no tiene grandes baloncestista, pero usted ha sido uno de los mejores.

Somos una comunidad pequeña y es complicado sacar jugadores profesionales. Estoy orgulloso de estar en esta lista con Salva Díaz, Aldama o Edu Martínez. Creo que Edu y yo somos los únicos de Logroño. Estoy muy orgulloso de que se me reconozca y de haber podido ganarme la vida con mi pasión. He jugado 17 partidos en ACB, 480 en Oro, estoy muy contento. 

¿El nivel del baloncesto masculino riojano es de Plata o puede aspirar a algo más?

Como nivel de jugadores, no sé. Pero a nivel de club da para más. Jugamos una eliminatoria por el ascenso a ACB con el Clavijo. El club estuvo seis años en Oro. Creo que se puede aspirar a algo más que Plata. Como ciudad, por ambiente, por institución creo que como mínimo, de Oro.

Jugó con Menorca y Obradoiro en ACB. ¿Con qué recuerdo se queda de 21 años?

Cumplí mi sueño. La ACB es un ecosistema propio, con sus propias normas, profesional al 100%. Intenté disfrutarlo al máximo.

Siempre recuerda el valor pedagógico de las derrotas. ¿De qué derrota ha aprendido más?

De todas. El deporte y en la vida, cuanto peor estás, más se crece uno, más se aprende. Tengo muchos descensos a mis espaldas. Creo que soy lo que soy por los momentos duros que he pasado. 

¿Su momento más bajo?

Seguramente las ocasiones en las que me he quedado sin equipo. Esas veces que tienes opciones de entrar en una plantilla, te quedas fuera y tienes que entrenarte por tu cuenta a la espera de una oportunidad.

Es el jugador con más partidos en el Clavijo en Oro y también el líder de anotación. Fue capitán del Clavijo. Un lustro después, ¿qué tal es su relación con la entidad?

Sigo teniendo muy buena relación con Juan Bernabé y con Félix (Búho Blanco). Félix y yo somos vecinos. Me costó salir del Clavijo, esa es la verdad. Decidieron que no siguiese y yo creía que podía seguir aportando. Pero tengo muy buena relación. Cuanto más arriba estén, mejor para el club y para el básquet riojano.

¿Y con el LogroBasket? Le une una gran amistad y la temporada pasada, pese a ser anunciado, no pudo jugar con ellos.

Son amigos y no hay mayor relación que ésa. No se dio pero soy amigo de Álvaro Valle, el director deportivo, y de Nacho Arbués, que me entrenó en el Clavijo. No se pudo dar pero la relación es inmaculada. Estoy contento de que crezcan y ójala les llegue el ascenso que merecen. 

Va a seguir vinculado al básquet? ¿Qué tiene en mente?

Es mi idea. Me apasiona ser entrenador.

Ha tenido la suerte de ser profesional del básquet. Sin embargo, son pocos los que lo consiguen. ¿Qué les diría a esos chavales que empiezan?

Que sigan luchando, que sigan trabajando. Pero que estudien al mismo tiempo. Que disfruten el momento. El baloncesto, y la vida, son momentos.

¿Con qué momento se queda?

Cuando jugué para el equipo de mi tierra. Los seis años que estuve. La capitanía que me dio Jesús Sala y eso que fue una montaña rusa.

Un entrenador que le haya marcado.

Te voy a dar dos. Curro Segura, actual entrenador del San Pablo, que me lleva a ACB y al que le deseo la mayor de las suertes en la fase de ascenso de este fin de semana, y con Jesús Sala, porque me dio mucho peso en el Clavijo.

¿Y un jugador junto al que haya disfrutado?

Muchos porque viví los años buenos de la LEB en la que era la cuarta o quinta liga europea. He jugado con Reynolds, Chris Moss, etc. Pero también me he enfrentado a Pablo Quintero, Darren Philiphs, grandes jugadores.