El CIBIR estudia garrapatas con investigadores de Colombia

David Hernando Rioja
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Los científicos Jorge Miranda y Verónica Contreras estudian si el microorganismo Rickettsia causa enfermedades a las personas y animales

La doctora Arantza Portillo, junto a la bióloga Verónica Contreras y el bacteriólogo Jorge Miranda en el laboratorio del CIBIR. - Foto: Ingrid

El Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro-Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) colabora con el Instituto de Investigaciones Biológicas del Trópico (IIBT), ubicado en la Universidad de Córdoba (Colombia) para  realizar una vigilancia epidemiológica en garrapatas de aquel país y aplicar en el Laboratorio de Patógenos Especiales-Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (CRETAV) diferentes técnicas moleculares.

Esta colaboración ha permitido que la bióloga y estudiante de doctorado de microbiología tropical de la universidad de Córdoba, Colombia, Verónica Contreras Cogollo; y el bacteriólogo y estudiante de doctorado de microbiología tropical de la universidad de Córdoba, Colombia, Jorge Miranda, trabajen en sus tesis doctorales en el CIBIR durante tres y dos meses respectivamente.

Miranda explica que su tesis la está desarrollando con Rickettsia, unos microorganismos transmitidos por garrapatas. Cuenta que en Colombia encontraron una especie nueva denominada  Rickettsia colombianense. «Trabajar con este microorganismo requiere conocerlo muy bien, es decir, hay que hacerle una secuenciación de todo el genoma y mirar si el microorganismo causa enfermedad o no a las personas y animales», indica.

Destaca que han hecho avanzado en la investigación porque «hemos cultivado el microorganismo, algo que no es fácil. A partir de ese cultivo, se harán otras pruebas para completar el conocimiento de este microorganismo».

Los investigadores, señala, utilizarán ratones y hamsters para comprobar sus hallazgos. «Vamos a mirar que les pasa a los animales, si se enferman o si les provoca determinados síntomas. Eso nos indicaría que este microorganismo tiene algún potencial patógeno para animales y personas», apunta.

Por su parte, la doctora en Bioquímica y Biología Molecular y Bióloga, investigadora al cargo del Laboratorio de Patógenos Especiales-Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (CRETAV), Arantza Portillo, asegura que los avances que Jorge Miranda ha conseguido en su investigación les pueden servir a ellos para lograr un control positivo de ciertos experimentos.

Fiebre Q. La bióloga y estudiante de doctorado de microbiología tropical de la universidad de Córdoba, Colombia, Verónica Contreras Cogollo, también forma parte de esta colaboración que cruza el océano Atlántico. Su tesis doctoral es acerca de la fiebre Q, que es producida por la bacteria Coxiella burnetii. 

Contreras indica que esa bacteria afecta principalmente al ganado bovino, ovinos y caprinos. También puede afectar a las personas porque tiene una alta capacidad infecciosa. «Es excretada por los rumiantes por diferentes vías, como en la leche, la orina o las heces. También cuando los animales están en periodo de parto», detalla.

Esta bacteria, añade, genera en las personas infección asintomática, infección aguda, neumonías, problemas cardíacos y muchos otros síntomas que no han sido bien descritos, como miocarditis u osteomielitis, entre otros.

Explica que uno de los objetivos de dicha tesis es estudiar la epidemiología molecular de esta bacteria en Córdoba, y dentro de ese trabajo, se analizan muestras de vacas y ovejas para ver «donde hay fuentes de infección en las fincas ubicadas en el departamento de Córdoba». También se pretende observar si hay alguna relación entre los patrones climáticos y la distribución de esas infecciones porque «la bacteria se puede transportar por el viento, por lo que puede haber zonas en las que haya más riesgos para algunas personas».