La inversión en carreteras e infraestructuras desarrollada por el Gobierno de La Rioja en los últimos cuatro años ha aumentado un 26% y pasado de los 73 millones de la legislatura anterior a los 92 millones de euros que se han invertido en estos cuatro años.

De este importe total, 6 millones de euros corresponden al Fondo de Recuperación Transformación y Resiliencia de la Unión Europea y es la inversión correspondiente a los carriles ciclo-peatonales del entorno de Logroño.

El consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado Nájera, y el director general de Infraestructuras, Vicente Urquía han ofrecido un balance de las obras realizadas en los últimos cuatro años.

El consejero ha considerado que "no sólo hemos invertido más, sino que hemos invertido mejor, pensando en el bienestar de La Rioja y de todos sus municipios".

En su opinión, "invertimos en todos los valles y en los municipios que más lo necesitan, desde Treviana, a Cervera del Río Alhama, pasando por San Vicente de Robres, como forma de abordar el reto demográfico y de acercar a los principales servicios a toda la ciudadanía".

Según ha dicho Dorado Nájera, "se ha prestado especial atención a los ejes de unión entre la sierra y el valle el Ebro y las carreteras que vertebran nuestras zonas rurales".

Ha mencionado entre ellas: la LR-115 que sigue el valle del Cidacos, la LR-250 que sigue el curso del valle del Leza y la LR-113 que trascurre por el valle del río Najerilla, cuya mejora entre Villavelayo y el límite de provincia con Burgos, se licita en breve y tiene planificado un nuevo viaducto sobre el río Cambrones, a la entrada de Mansilla de la Sierra.

LA SEGURIDAD VIAL, COMO OBJETIVO PRINCIPAL.

Por su parte, el director general de infraestructuras, Vicente Urquía, ha valorado las actuaciones en seguridad vial como uno de los objetivos principales de las actuaciones desarrolladas y ha puesto como ejemplo las intervenciones para pacificar las travesías de 30 municipios, que se han acondicionado a una velocidad de paso de 30 kilómetros por hora. De igual forma, ha mencionado los "kilómetros de aceras" que se han hecho en distintas obras para dar seguridad a los peatones.

Otro caso paradigmático en el que, según Urquía, se ha primado la seguridad vial es el paso inferior para cruzar la LR-250 y comunicar el núcleo urbano de Villamediana con el río Iregua, las huertas y la vía verde. Esta obra, que se inauguró en otoño, ha canalizado de forma segura un tráfico peatonal que hasta entonces cruzaba la variante a la brava, por ausencia de un paso de peatones, asumiendo el riesgo que suponía por el abundante tráfico rodado de esta vía.

Otro aspecto en el que se ha detenido es en las actuaciones de conservación de infraestructuras fundamentales como son los puentes. En este apartado, el responsable de Obras Públicas enumeró actuaciones como la rehabilitación del Puente de Hierro de Logroño, ya cedido a la ciudad, y las del puente de San Vicente de la Sonsierra, el puente de hierro de Arenzana y el puente de Santa Bárbara de Enciso, que ya cuenta con proyecto de obra y está en licitación.

LA VARIANTE DE MURILLO, LA OBRA MÁS IMPORTANTE.

Según se ha explicado, la obra más importante de este periodo ha sido la segunda fase de la variante de Murillo de Río Leza, recién inaugurada, que ha supuesto una inversión de 9 millones de euros para mejorar la comunicación de lo valles de Ocón, Jubera y Leza y sacar del núcleo urbano de Murillo el tráfico de paso y, sobre todo, el tráfico pesado.

El conjunto de las principales actuaciones ha quedado plasmado en un mapa de La Rioja que da cuenta del amplio reparto de las obras a lo largo y ancho del territorio riojano que el consejero y el director general mostraron al comenzar la rueda de prensa.

Finalmente, ambos comparecientes destacaron el papel de las empresas riojanas, que han sido las que en buena medida han realizado las obras, y agradecieron el "gran trabajo" desarrollado por el equipo de funcionarios y trabajadores de Obras Públicas y de la Secretaría General Técnica que han planificado, tramitado, licitado, seguido los trabajos y finalmente justificado y pagado los mismos, con las dificultades que se han dado durante la pandemia y las alzas de precios que ha traído la guerra provocada por Putin en Ucrania.