"El PP pasará 2 años inaugurando obras que ha hecho el PSOE"

Gustavo Basurto
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Después de 4 años en el primer sillón municipal, Pablo Hermoso de Mendoza entregará este sábado el testigo de alcalde de Logroño a Conrado Escobar, para convertirse en líder de la oposición

Pablo Hermoso de Mendoza, durante la entrevista. - Foto: Ingrid

De gobernar el municipio a controlar al gobierno municipal. Pablo Hermoso de Mendoza (Logroño, 1972) asume con firmeza y con cierta dosis de humildad su nuevo papel de líder de la oposición. Defiende lo realizado por su equipo en una etapa dura marcada por la pandemia y pide a su partido, el PSOE, una reflexión sobre el porqué del mal resultado electoral en el 28-M.

Después de la decepción del 28-M, ¿qué sentimiento impera en el ánimo de Pablo Hermoso de Mendoza?

De alegría por la oportunidad de haber sido alcalde de Logroño durante cuatro años, en una época complicada, y de satisfacción por lo que creo un trabajo bien realizado, con nuestros aciertos y equivocaciones.

En San Bernabé usted lanzó un guiño al próximo alcalde, Conrado Escobar, al que hizo partícipe de uno de los banderazos. ¿Es un anticipo de una oposición tranquila?

La oposición tienen que ser seria, rigurosa y coherente. Representamos a los más de 24.000 ciudadanos que han elegido la opción del Partido Socialista y debemos hacerlo con educación y respeto; y de ahí lo del banderazo. Más que de tranquila, hablaría de una oposición firme, seria y rigurosa para que Logroño no retroceda y aproveche todas las oportunidades que hemos ido generando, algunas ya materializadas y otras en ciernes. El PP tiene ahora el derecho de poner énfasis y prioridades, pero nosotros defenderemos que se continúe con los retos del siglo XXI que están sobre la mesa y ahí hay posibilidad de consensos de fondo.

Al perder el poder, muchos políticos renuncian a estar en la oposición, algo que no hace usted. ¿Hay que estar a las duras y a las maduras?

Sí. De inicio, no es bueno dar la espantada, porque hay muchas cosas en marcha, gente que ha trabajado en el Gobierno y que continúa, un partido al que dar un sentido, un grupo municipal que tiene un buen conocimiento y eso hay que aprovecharlo. Marcharse de forma abrupta no era lo más adecuado. Intentaremos apoyar para que Logroño no pierda ritmo. Pasar de la alcaldía a la oposición es también un gesto de humildad, en el sentido de que no habremos hecho las cosas suficientemente bien.

Usted llegó al Ayuntamiento desde la empresa privada con un perfil que no era el clásico del político de partido. ¿Le ha cogido el gusto a la política o lo toma como un paréntesis?

Yo no he estado estos cuatro años en lo orgánico. Agradezco al Partido Socialista que considerase en su momento que podía ser un buen candidato y me diese la oportunidad de ser alcalde. Sí que fue una cierta anomalía ganar unas primarias abiertas a militantes y simpatizantes, pero no soy miembro de la ejecutiva local ni participo en la regional. 

¿Debe hacer el PSOE una reflexión sobre lo ocurrido el 28-M?

El Partido Socialista tiene que atraer a muchísima más gente y ser un partido más abierto. Por qué más médicos, enfermeras, profesores, activistas sociales, empresarios o profesionales liberales no militan en el Partido Socialista en La Rioja es una pregunta que debemos hacernos. O por qué no hemos ganado tanto como ha ganado el partido a nivel nacional en cuarenta y tantos años de democracia. El PSOE ha gobernado en España 14 años con Felipe González, siete con Zapatero y cinco con Pedro Sánchez, es decir 26 años, y en La Rioja casi la mitad. ¿Qué nos falta, qué falla, por qué no somos un partido que rápidamente adopte su alternativa? Me gustaría pensar que el Partido Socialista puede volver a ganar en Logroño y en La Rioja dentro de cuatro años y tenemos que trasladar a la ciudadanía el espíritu ganador, abierto y centrado en la gente y eso requiere hacer muchas tareas. Si puedo contribuir a ello, estoy a su disposición.

En alguna ocasión ha dado a entender que el programa Calles Abiertas no se entendió bien. ¿Dónde ha estado el fallo?

Lo que quería decir es que ese proceso, en un periodo normal, se podría haber hecho con más tiempo y explicación, pero tuvimos la pandemia, que fue un momento abrupto. Salió un decreto que marcaba metro y medio de distancia de seguridad entre personas y tuvimos que ver cómo cumplirlo con aceras de dos metros y medio. Hubo que hacer ese urbanismo táctico y una acción rápida con pinturas y bolardos. Eso no hubiera pasado sin una pandemia. Y además no lo puedes explicar suficientemente porque la gente estaba en casa encerrada tres, cuatro o cinco meses, más preocupada por no contagiarse y que nadie muriera. Cuando se recuperó cierta normalidad, la gente se encontró con una ciudad que había cambiado sin saber muy bien por qué y para qué, aunque se fue explicando, y con el esfuerzo para saber que había espacios híbridos, que se pintaban para ganar terreno a la ciudadanía...

Con la vuelta a la normalidad, ¿no llegó ese mensaje a los ciudadanos?

Se explicó que fue una cuestión provisional que iría culminando en una consolidación, como en República Argentina, en Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil o en Fundición, y que hemos trabajado muchísimo para obtener los fondos europeos. O la introducción de un carril bici que no es como los que se hacían antes en esta ciudad para no molestar a los coches, en los que se ponía a competir al peatón con la bicicleta y se hacía el carril bici quitando espacio al peatón en vez de quitárselo al coche; ahora se ha hecho un carril bici este-oeste, que no creo que el Partido Popular eche para atrás, que está financiado por Europa y es el sino de los tiempos hacia una ciudad más amable. Estos días me para muchísima gente para darme las gracias por los carriles bici, por ampliar los pasos peatonales y las aceras. E s algo que había que hacer, aunque sé que genera tensión con los comerciantes e incomoda a algunas personas acostumbradas a aparcar el coche al lado de casa. Es una transformación que quizás podría haber llevado ocho o diez años y se hace en dos o incluso en un año. Y en un estado de ánimo de cansancio, de tristeza, de incertidumbre y miedo. El PP acentuó alguna de esas cuestiones y aparecieron discursos burdos, en el sentido de que destrozamos, cuando esto es lo que hace todo el mundo. Los tiempos políticos requieren más periodo y mayor espacio de explicación. Cuando las cosas se calman, la gente va viendo mucha más gente en bicicleta que no molesta a nadie, a personas mayores que pasan los pasos de cebra de forma más segura, estampas que hacen de Logroño una ciudad mejor, como pasó con Pilar Salarrullana hace 30 años en las Cien Tiendas. 

¿Significa eso que ha pagado el precio de una transformación urbana demasiado rápida para lo que la sociedad logroñesa podía asumir?

Se han hecho cambios que anticipan el futuro, con mucha rapidez e intensidad, aprovechando una circunstancia muy concreta; si el tren pasa y te dicen que esforzándonos mucho podremos obtener 50 millones de euros de inversión (de fondos europeos), ¿qué hacemos, lo dejamos pasar o lo aprovechamos al máximo? Y te dicen que no es para hacer carriles para coches, sino para una ciudad sostenible. La transición verde y digital, que es el reto en Europa, tiene que ver con eso y nosotros lo hemos aprovechado, aunque quizás haya tenido un coste electoral. Pero, analizando los datos, vemos que Logroño, con respecto al resto de cabeceras de comarca y a toda La Rioja, es donde menos porcentaje de voto ha perdido el Partido Socialista. Podría decir, incluso, que todo el tema de las calles y demás no ha pasado factura; quizás el resultado haya tenido que ver más con factores de índole nacional que locales.

Antes de saber que será alcalde, Conrado Escobar dijo que se plantearía revertir actuaciones de Calles Abiertas. ¿Cree que lo hará?

Iremos viendo. Conrado Escobar ha dicho que quería gobernar para todos, ha hablado de consenso, de convivencia...Si revierte un carril bici y todos los colectivos que están a favor de ese carril, como Logroño en Bici, profesionales liberales, las comunidades educativa y sanitaria y comerciantes, le dicen que no lo haga, ¿qué hará? Lo que hizo el PP de 2011 a 2019 fue no tomar decisiones, que también es una decisión. 

Su sucesor en la Alcaldía también anuncia que mantendrá un contacto directo con la ciudadanía. ¿A usted le faltó más presencia en la calle?

¡No, qué va…! Desde el alcalde hasta los concejales, Kilian, Iván, Esmeralda, Carmen, Beatriz, Eva…, hemos estado muchísimo en la calle. Pero aparte de eso, una ciudad es un gran proyecto que hay que gestionar. El alcalde lidera un proyecto de 200 millones de euros, mil personas trabajando bajo tu cargo y 150.000 ciudadanos que reclaman servicios; eso es una gran empresa. Yo no me he evadido de las tareas de gestión. Si hemos incrementado el presupuesto en 30 o 40 millones es porque hemos sabido gestionar adecuadamente y si la ciudad está con multitud de obras es porque hemos conseguido recursos para ello. Y hemos tenido que hacer del diálogo un estilo permanente, con tres partidos políticos para aprobarlo todo. La política es mucho más que gestión, pero una buena gestión es una buena política. El Partido Popular se pasará los dos próximos años inaugurando obras que ha hecho el Partido Socialista, salvo que las pare. 

Si el PP parase obras, ¿peligrarían las ayudas europeas concedidas?

Antes del 30 de junio de 2024 tienen que estar ejecutados todos esos fondos, porque hemos tenido la voluntad, el acierto y el trabajo para conseguir, entre los 8.100 municipios de España, ser uno de los que más fondos europeos ha obtenido. El Partido Popular tiene ahí el listón bastante alto; vamos a ver lo que hace.

¿En las Cien Tiendas hubo mala suerte o se hicieron mal las cosas?

Tuvimos la desgracia de encontrarnos con un proceso que cambió las reglas de juego a mitad de partida, porque había que ejecutar todo, en principio, antes de diciembre de 2022, aunque luego se amplió el plazo. Eso nos llevó a un proceso de contratación en el que los criterios económicos fueron los principales y que una empresa presentase bajas temerarias, que hizo que no pudiera encontrar personal adecuado y, a su vez, a tener una obra en el centro que no se ha hecho con la calidad, eficiencia ni profesionalidad  necesarias. Circunstancias que no nos han gustado y que han perjudicado gravemente a comerciantes y vecinos.

¿Se arrepiente de alguna decisión tomada en cuatro años de mandato?

Hay cosas que se pueden hacer mejor. Tal vez no hemos sabido expresar las cosas políticamente de un modo que hubieran podido tener un resultado más adecuado. Si el Partido Popular ha ganado es porque nosotros no hemos conseguido la confianza suficiente y hemos perdido 4.000 votos. La pandemia ha condicionado mucho, pero en líneas generales creo que hemos hecho lo adecuado. En un mes acabará el nudo de Vara de Rey y fue una decisión muy controvertida, sobre si hacer un túnel o no; y estoy satisfecho con que no exista ese túnel en el centro ni una macrorrotonda. Nos hubiera gustado abrir la nueva estación de autobuses y el Centro de la Cultura del Rioja. Han faltado cosas, pero creo que hemos hecho muchísimo, también en servicios sociales, educación, cultura, igualdad, sostenibilidad y tecnología, porque presidimos la Red Española de Ciudades Inteligentes.

 

¿Qué momentos destacaría como el más triste y el más feliz?

Los más tristes han sido los de violencia y fallecimientos. Recuerdo los disturbios y el saqueo a la tienda de Lacoste, la muerte de Isam en el parque del Ebro; el caso del crío (Álex) en Lardero; el fallecimiento de Fran (el concejal Francisco Pérez); y momentos duros de la pandemia, con colectivos que se jugaban su sustento. Momentos alegres ha habido muchos. Recuerdo con muchísimo agrado la concesión de la medalla a Rafael Moneo, que construyó este edificio hace 40 años. Y fue un momento muy especial la llegada de su majestad Felipe VI, en San Mateo en plena pandemia. Y fue muy bonito al reconocimiento a los servicios sociales de Logroño en Fuenlabrada. 

¿Le dará este sábado algún consejo especial a Conrado Escobar, de alcalde saliente a alcalde entrante?

(Risas)...No. Le daré un abrazo y muchos ánimos, porque le tengo en alta consideración personal. Es un hombre que tiene un bagaje político muy importante y quizás el consejo podría dármelo él a mí. Lo que le he pedido en esta transición, que le agradezco que esté siendo eficiente y cordial, es que no pare. Logroño necesita intensidad y seguir avanzando, porque oportunidad que se pierde no se rescata. Debemos hacer que la ciudad tenga mayor visibilidad a nivel nacional, porque eso atrae oportunidades e inversiones, y que estimule la creación.