La Rioja, como muchas otras regiones, ha amanecido este martes bajo una capa de barro que ha teñido de rojo coches, calles y hasta la nieve de las montañas, por efecto de la calima. La intensidad del barro ha hecho que, por ejemplo en Logroño, los operarios del servicio de limpieza se empleen a fondo con el baldeo de calles. En la estación de esquí de Valdezcaray, la nieve presenta una tonalidad marrón, una imagen que en el centro invernal no recuerdan haber visto en la instalación, que abrió en el año 1976. El efecto del polvo transportado por la calima también ha afectado a la actividad en los lavaderos de coches, con más clientes de lo habitual para limpiar los vehículos.
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El curioso episodio se debe a la entrada de una masa de aire africano de polvo en suspensión, más conocido como calima.