Una casa muy pudiente

Bruno Calleja Escalona
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El Banco de España tuvo tres sedes en Logroño. La segunda de ellas, que además de dinero custodió las arquetas de San Millán y San Felices, dio paso a un bloque de viviendas

La segunda sede del Banco de España en Logroño se asentaba en lo que hoy es un bloque de pisos en la esquina de Bretón de los Herreros y Siervas de Jesús. - Foto: Postal de la época (Hijos de Alesón)

En la mayoría de ciudades, entre ellas Logroño, el Banco de España es ya un recuerdo, porque la institución cerró su delegación hace ya más de una década. Queda, eso sí, un soberbio y céntrico edificio, propiedad ahora del Gobierno de La Rioja, tras su cesión por parte del Estado, y que alberga algunos servicios de la administración regional.

La institución de la cual es heredera el Banco de España surgió en el siglo XVIII, fundada por el rey Carlos III para reducir la deuda pública y convertirse en emisora del primer papel moneda en España, que reemplazará, a veces con ciertos recelos, al oro y la plata que seguían circulando. En Logroño hay noticias de prestamistas y de algunas familias que adquirieron fama por su actividad como banqueros.

El Banco de España tuvo en La Rioja, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, dos sucursales, algo no muy habitual. La primera se ubicó en la calle Marqués de San Nicolás, en la esquina con la Merced. Su primer director fue Julio Morga Íñiguez, único documentado en periodo decimonónico. El impulso de esta sede bancaria se vivió en 1887. El final de su primer periodo dorado, llegará en 1892, coincidiendo con la apertura de una segunda sede del banco en Haro, gracias a su pujanza económica, impulsada por la creciente industria vitivinícola y a que una considerable parte de los clientes de la sucursal logroñesa procedía de la localidad jarrera.

Aquellos años de auge de la delegación de Haro supusieron un declive para la sede capitalina, que recuperó su potencial en el siglo XX. La relevancia adquirida en esa nueva época se plasmó en 1911 con unas nuevas dependencias en la calle Once de Junio (en la actual esquina entre Bretón de los Herreros y Siervas de Jesús), con proyecto de los arquitectos José de Astiz y Eduardo de Adaro. Era una construcción funcional, aunque sin desdeñar la estética.

Sus cajas de seguridad custudiaron unas piezas de enorme valor, las arquetas de San Millán y San Felices, que llegaron el día 24 de agosto de 1931, antes de partir hacia el Museo Arqueológico Nacional. 

En 1957, las nuevas necesidades motivaron el traslado a un nuevo edificio, en la céntrica esquina de Gran Vía y Vara de Rey. La vieja sede fue derribada en 1966  para dar paso a bloques de viviendas. La sucursal de Haro cerró en 1978 y la de Logroño en 2011.