Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


La gran mentira

21/07/2023

Sí, ya sé que las elecciones se celebran a la vuelta de la esquina, y que estamos todos expectantes por ver como dilucidamos el futuro de nuestro país en las urnas. Por cierto, que el debate a tres, entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal no ha tenido el impacto que tuvo el cara a cara entre Sánchez y Núñez Feijóo, pero ese es otro cantar porque hay otros asuntos sobre los que merece que reflexionemos. Por ejemplo, la cumbre que se ha celebrado en Bruselas entre la UE y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), una cumbre que ha dejado fotos para el recuerdo.
Empezaré diciendo algo obvio: ningún país en política exterior tiene principios, solo intereses.
Les confieso que cuando empecé a ejercer el periodismo me costó mucho entenderlo y mucho más aceptarlo, pero la realidad es la que es. De ahí que escueza a cualquier conciencia democrática contemplar a Pedro Sánchez dar dos besos a Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, un régimen que no hace falta incidir que no es democrático.
La Delcy, la famosa Delcy que se coló en el aeropuerto de Barajas con la más que probable connivencia de las autoridades españolas habida cuenta que allí se entrevistó con el entonces ministro José Luis Ábalos, que no supo explicar su reunión con una política que está en la lista negra de la Unión Europea junto con otros 11 dirigentes de su país por "violación de derechos humanos y socavar la democracia y el Estado de Derecho". Claro que si Ábalos no pudo, más crudo lo tiene la presidenta de la UE, la señora Ursula von der Leyen, que la ha recibido junto a Charles Michel, el otro gran capitoste de la UE, y se han fotografiado sonrientes. Así que me pregunto qué debemos pensar los ciudadanos. Por una parte Delcy Rodríguez está en la lista negra de la UE y por otra se la recibe con fanfarrias incluidos los dos cariñosos besos del presidente de Gobierno de España, Pedro Sánchez.
Una demostración una vez más de que los intereses políticos sobrevuelan a los éticos y a los principios, y que los ciudadanos somos rematadamente tontos cuando permitimos que azucen nuestras emociones para que avalemos operaciones políticas que poco tienen que ver con la defensa de la democracia o de los derechos humanos sino que no tienen más objetivo que los intereses de los poderosos en cada momento.
Por ejemplo, Estados Unidos se plantó en Afganistán con la excusa de ayudar a cimentar la democratización del país y el día que este país dejó de ser importante para sus intereses económicos y geoestratégicos, se marchó sin decir ni adiós. Y este es solo un ejemplo. El otro, que las autoridades de la Unión Europea tienen una doble moral, por un lado acusan de dictatorial al régimen de Maduro, que lo es, y ponen en una lista negra a 11 dirigentes de ese régimen, y por otro reciben a Delcy Rodríguez con total desparpajo. Pero ya que hablamos de intereses hay que recordar, que Venezuela tiene gas y petróleo y que los países de la UE están sufriendo las consecuencias de tener una guerra en Europa habida cuenta de que Rusia era el principal exportador de gas. De manera que el gas venezolano bien vale un par de besos y unas cuantas fotos con Delcy Rodríguez. A eso le llaman "realpolitik" que no deja de ser anteponer intereses a valores éticos.
O sea que el beso de Sánchez a Delcy no nos debe de escandalizar más que la foto de la tal Delcy acompañados por la señora Von der Leyen y el señor Michel.
Lo dicho, como para creerles.