Cuando la elegancia se va de vacaciones

Carmen Martín (EFE)
-

La relajación en la forma de vestir durante los días de descanso puede llevar a confundir la comodidad con los atuendos más horteras

Cuando la elegancia se va de vacaciones

Con el calor, la elegancia se va de vacaciones y surge el todo vale, propiciado por el deseo de comodidad, el boom de los tatuajes y el culto al cuerpo, «pero el buen gusto no está reñido con el verano, se puede vestir sin incurrir en violaciones estéticas», explica un experto en moda. El investigador de la moda Román Padín afirma que en los meses estivales tanto las mujeres como los hombres suelen apostar por la comodidad, una actitud que conduce a relajar la forma de vestir, «e incluso a alcanzar el mal gusto».

Son varias las circunstancias que estimulan a la gente para que aparque la elegancia en el vestir. La primera, el calor, cuenta Padín, quien recuerda que para paliar las altas temperaturas se tiende a «despojarse de la ropa».

Además, la cultura del tatuaje es una realidad en la sociedad actual. Si antes estaba reservado para personas de dudosa moral, hoy se ha convertido en un accesorio más. «El objetivo hoy en día es exhibirlos, que para eso se ha invertido tiempo y dinero». Por lo tanto, «resulta lógico que la gente desee dejarlos a la vista», explica Padín, quien considera que habría que pensar en una moda más adecuada, «es decir ropa con cierta estética, que evite el desnudo escandaloso per se».

También influye el concepto de la comodidad: «Existe una preocupación máxima por ir cómodo, cuando antes lo que primaba era la elegancia, el estar chic».

En esta tendencia de «vestir sin decoro» también influye el culto al cuerpo. «Se quieren mostrar los músculos trabajados en el gimnasio y también las partes del cuerpo que han sido retocadas a base de bisturí».

A lo largo del verano se aprecian estilismos horteras que provocan conmoción en los defensores del buen gusto. Hoy, en el siglo XXI, resulta imposible erradicar el uso de camisas desabrochadas hasta el ombligo que muestran sin pudor barrigas chamuscadas por el sol.

Se continúa con la visión de veraneantes devotos de tomar espetos de sardinas y paellas a pecho descubierto, descamisados, así como modernos que exhiben bíceps con camisetas de sisas desbocadas.

Tampoco pasan desapercibidos los caballeros que lucen el bañador turbo para tomar una cerveza en el chiringuito o aquellas que eligen el look de explorador con bermudas repletas de bolsillos, botas trekking, gorro de safari con mosquitera incluida para pasear por la calles de París, Roma o Madrid.

A diario se puede ver a jóvenes que escogen la camiseta de su equipo de fútbol para cenar con su novia quien, precisamente, acude a la cita con vestido y tacones.

No es cosa de guiris lucir sandalias de gladiador con calcetines, son muchos los devotos de esta moda que ahora optan por ella para tomar el aperitivo, pasear junto al mar o ir de compras.

«La verdad es que ni hay prendas imposibles ni horteras, lo que sí existen son personas y momentos para llevar un determinado tipo de ropa», aclara Román Padín.

«La moda ya no es lo que dice un diseñador, sino una serie de tendencias que actúan como círculos concéntricos y que se puede seguir o no en función del físico, gusto o estilo», puntualiza este doctor en Arte Contemporáneo por la Universidad de Vigo especializado en moda.

«Lo ideal es seguir unas tendencias que permitan ser uno mismo, pero a la vez cierto decoro, en el sentido de la armonía», recomienda Padín, que considera que entre las mejores opciones para vestir en verano están los colores puros, como el blanco, el verde veronés, amarillo suave, naranja o azul.

Padín no ve oportuno pasear por la calle o ir al trabajo con chanclas de dedo o pantaloncitos cortos, porque «ofrecen una imagen de desaliño». 

Tampoco recomienda para los adultos las camisetas con ilustraciones infantiles, ya que «se presentan como incapaces de tomar las responsabilidades de la vida adulta, como si tuvieran el síndrome de Peter Pan».

Lo ideal es vestir con conjuntos que denoten una preparación de lo que te has puesto, «prendas bonitas en las que se haya recapacitado un poco», propone el experto, quien concluye que los estampados de animales o los motivos de lunares son muy arriesgados, «no aptos para todo el mundo». Ahora, echen un vistazo a su armario...