El virus causante del covid-19, el SARS CoV-2, "ha venido para quedarse y, excepto que aparezca una variante muy distinta, que vuelva a obligar al confinamiento y a colapsar los hospitales, va a pasar a ser uno más y se incorpora al grupo de virus respiratorios del otoño y de los catarros invernales".
Así lo explica a Efe el científico y especialista en Enfermedades Infecciosas y Genética Clínica y profesor de UNIR Vicente Soriano, quien sostiene que "la pandemia está remitiendo, afortunadamente, y ya se ve el final del túnel porque los casos diagnosticados y casos graves que requieren hospitalización están cayendo de manera global", gracias a la vacunación.
"Es muy difícil, casi imposible, que aparezca una variante muy distinta del coronavirus, que escape a todo, que sea mucho más virulenta y que vuelva a bloquear los hospitales", añade este investigador y docente, quien actualmente dirige el Centro Médico de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y es vicedecano de su Facultad de la Salud.
Con la mirada puesta en el otoño e invierno, entiende que va a ser un año de covid-19 "mucho mejor que los dos primeros y, aunque desde el punto de vista de la medicina, otras cosas van a tomar el relevo", la lucha contra la covid-19 "está encauzada y su impacto cada vez va ser menor. Es lo previsible".
No habrá pandemia.
Recalca, sin embargo, que "habrá pequeños disparos de infecciones, y tendrán presencia otro tipo de virus y bacterias", como es el caso del ébola, que "está teniendo un pequeño rebrote en África occidental, o la viruela del mono, que en cuatro meses ha generado 65.000 casos confirmados en todo el mundo", pero incide en que "no habrá una pandemia en el sentido de la covid-19 o del VIH (sida) porque tenemos vacuna y antivirales".
La viruela del mono o el rebrote del ébola son disparos de infecciones de un Planeta en el que "habitan 8.000 millones de personas y, en muchos lugares, existe mucho contacto con reservorios animales, que tienen sus virus y que pueden saltar a la especie humana periódicamente", afirma.
Sobre la cuarta dosis de la vacuna frente a la covid-19, que las comunidades autónomas comienzan a inocular mañana, lunes, en mayores de 80 años y personas con patologías graves de base, sostiene que ha sido un acierto su actualización con la variante Ómicron, al igual que valora que se inocule, a la vez, con la de la gripe.
La dosis de recuerdo para menores de 60 es discutible.
Soriano, quien también ha sido asesor de la Organización Mundial de la Salud, asegura que, actualmente, es "discutible" la evidencia médica científica a favor de que la cuarta dosis proporcione beneficios a personas menores de 60 años, que ya hayan recibido las tres primeras dosis y que no tienen patología de base grave, ni son trasplantadas, diabéticas o con obesidad.
"Habría que demostrar también -añade- que entre 50 y 60 años sin patologías de riesgo la cuarta dosis proporciona un beneficio, lo que no está demostrado y, por debajo de 50, todavía menos".
También asegura que "la inmunidad frente a la covid-19 es temporal" y, por lo tanto, "la vacuna y sus dosis de refuerzo no es la de la vacuna de la Hepatitis B o la del Tétanos", sino que "se parece más a la de la gripe, que protege más parcialmente y se necesita una dosis de recuerdo".
Inmunidad global, de momento no.
Sobre la posibilidad de seleccionar una inmunidad global con vacunas universales, explica que "los virus tienen gran diversidad biológica y, con una única vacuna, es muy difícil dar con la panacea" que proteja de todas las variantes. Ocurrió con la viruela y poco más. Incluso, con la polio, se ha erradicado la tipo 2, pero no la tipo 1".
"¡Ojalá! tuviéramos una manera de seleccionar una inmunidad global, pero, de momento, no parece que vaya a ocurrir a corto plazo", por lo que "hemos de jugar con vacunas adaptadas a lo que circula en la actualidad", concluye este especialista.