A la vera del río y del Camino

Bruno Calleja Escalona
-

Las casas de San Antonio señalaban al peregrino la entrada a la ciudad y ofrecían morada a familias trabajadoras por 200 pesetas de renta. La piqueta acabó con ellas en 2005

Imagen de la barriada social de San Antonio, en la margen izquierda del río, hacia mediados del siglo XX. - Foto: Blog Mi Logroño de Cristal

Logroño es la primera localidad riojana con la que se encuentra el peregrino camino a Compostela. El primer contacto con la ciudad se produce en  el barrio de San Antonio. Y en ese punto de la margen izquierda del río emergía, como primer elemento de la trama urbana en la ruta jacobea, un bloque de casas que se levantaron a mediados del siglo pasado, casi a la orilla del Ebro, y que fueron derribadas a mediados de 2005.

Las popularmente conocidas como casas de San Antonio se diseñaron en 1951 por Luis González Gutiérrez y Jaime Canciller como viviendas asequibles para clases trabajadoras. Este proyecto construía 76 viviendas. En 1956, se tuvo que reformar, manteniendo la estructura anterior pero reduciendo su número a 72. Estaban divididas en seis portales, con tres pisos en cada uno de los cuatro niveles de altura. Además tenían un entresuelo en cada portal. Las obras comenzaron en 1957 y los bloques de viviendas estuvieron acabados en 1959. La inauguración se llevó a cabo el 11 de enero. Había pisos de dos tipologías y las rentas no excedían de 200 pesetas. Además, con el paso del tiempo, las casas pasarían a ser propiedad de sus moradores. La presencia de este edificio residencial, junto con sus vecinas las casas del pozo Cubillas y otras edificaciones existentes, permitieron la creación del barrio de San Antonio. En el entorno estaba el matadero, el molino de Sarasa, la fábrica Electra Recajo, que fue demolida en 1950, una serrería, además del entorno del llamado Pozo Cubillas, que sirvió como área recreativa al Logroño del siglo XX. 

El empuje del nuevo barrio llevó en 1965 a crear la parroquia de San Antonio. Las casas de San Antonio sirvieron de vivienda a las familias que las adquirieron, pues no cambiaron de manos. Sin embargo, con el paso del tiempo empezaron a mostrar deficiencias que obligaron a acometer reformas. Los problemas persistieron, de forma que llegó a hundirse una cocina de uno de los entresuelos. A raíz de ese incidente, se hizo un estudio y se empezó a negociar con el Ayuntamiento la construcción de unos nuevos bloques de viviendas. El 28 de diciembre de 2004 se entregaron las llaves de las viviendas nuevas, a la vez que se inauguraba el paseo Francisco Sáenz Porres. En mayo de 2005 se derribaron los antiguos bloques. En el espacio que dejaron libre se construyó el Parque del Peregrino, que ahora recibe a los caminantes que viajan a Santiago.