Los hospitales suelen bajar el ritmo en verano, ya que presentan una menor actividad y ocupación debido a que la mayoría de las personas, civiles y sanitarios, suelen cogerse días de vacaciones. Esta situación genera que los hospitales cierren algunos de sus servicios, generalmente camas hospitalarias.

El hospital San Pedro ha informado que tiene previsto cerrar dos alas compuestas por unas 20 camas cada una durante estos meses de verano, es decir, entre un 4% y un 5% de todas las camas de las que dispone, alrededor de unas 510.

Así lo ha confirmado el gerente del Servicio Riojano de Salud (SERIS), Alberto Lafuente, quien asegura que estas camas cerradas están a disposición de abrirse en caso de que «sea necesario», lo que quiere decir que «hay un dinamismo absoluto por parte del personal». Recuerda que el año pasado se realizó este mismo proceso durante este periodo estival pero «se tuvieron que abrir todas las camas de un día para otro». 

Lafuente señala que el indice de ocupación actual es de un 75%, cuando «el hospital San Pedro siempre se mueve por encima de un 85%». Aunque existen planes de contingencia «muy marcados» con diferentes niveles en cada uno de ellos para diversas áreas del centro, como pediatría, hospitalización y urgencias, que en cualquier momento se pueden activar. 

Estos planes, detalla, funcionan según la demanda, es decir, «se puede aumentar la capacidad de estas áreas con más profesionales, por ejemplo». «Sabemos que hacer ante un aumento de la demanda,  un mensaje para darle una tranquilidad a la ciudadanía», remarca.

El gerente destaca que el hospital es «muy dinámico» y tiene menos demanda durante el verano. «Hay menos pacientes en hospitalización y se opera un poco menos, por lo que todo se ralentiza un poco más», apunta. 

Vacaciones. El motivo de que la demanda actual sea menor es que «hay personas que vienen de fuera de La Rioja pero hay otras muchas que se van de vacaciones, por lo que esta se modifica. Esto hace que el hospital se tenga que ajustar a ella», explica Lafuente.

A pesar de esto, el hecho de que la demanda en hospitales como el de Logroño baje durante  los meses de verano es «habitual», afirma el gerente. Mientras que en otras ciudades como Salou, donde acuden más turistas, es lógico que se haya un incremento.

Reconoce la buena labor que han realizado los profesionales sanitarios del hospital, ya que «están dando mucho de sí mismos, lo que genera que el sistema se esté adaptando muy bien a la demanda que hay ahora».

Otra ayuda para cubrir esta demanda ha sido la contratación de 49 médicos durante este año.