El legado de doña Justa

Bruno Calleja Escalona
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El germen de la residencia Santa Justa fue un asilo en la calle Murrieta, costeado por una benefactora de Lumbreras. Antes de su ocaso fue también sanatorio, hospital y guardería

Imagen del antiguo asilo de Santa Justa en la primera mitad del siglo XX. - Foto: Postal de la época

La residencia Santa Justa, fundada en 1914, puede presumir de ser la institución de este tipo más antigua de Logroño. El actual centro de personas mayores de la avenida de la Paz es heredero del primigenio asilo del mismo nombre, que se asentaba en lo que entonces eran prácticamente las afueras de la ciudad por su lado oeste y que se corresponde hoy con el 59 de la calle Marqués de Murrieta, un bloque de pisos frente a La Bene en cuyos bajos se ubica la parroquia de San Miguel. 

El 3 de julio de 1907 comenzaba su andadura la fundación Santa Justa, creada por la benefactora Justa Herreros de Tejada García, natural de Lumbreras. El día de San Bernabé de 1913 era considerada como beneficencia particular. En 1916 aquella mujer legó su fortuna para construir un asilo para ancianos, huérfanos y pobres de la ciudad. Su gestión fue encomendada a las Hijas de la Caridad, que comenzaron su trabajo un año después. La institución encargó en 1914 a Fermín Álamo la construcción de una sede en la actual calle Marqués de Murrieta, por entonces carretera   Logroño-Cabañas de Virtus, último pueblo burgalés en el puerto del Escudo.

En 1917 se entregaba el edificio, de estilo ecléctico, con elementos propios de este arquitecto. Ese mismo año, el asilo recibía a los primeros beneficiarios. Con la Guerra Civil, se transformó en hospital de sangre y en sanatorio antituberculosos, inaugurado el 6 de mayo de 1938. En ese periodo, los ocupantes del asilo fueron reubicados en otros centros. El sanatorio permaneció en uso hasta 1954, cuando se trasladó al hospital San Pedro, de forma que el inmueble volvió a ser asilo. En 1962 se dejó de atender a las viudas y se sustituyó por una guardería infantil, según relata el excronista Jerónimo Jiménez. Sin embargo, el dinero no alcanzaba para su funcionamiento. En 1965 se dotó al edificio de calefacción y en 1967 se erigió un nuevo pabellón con capacidad para más de un centenar de ancianos. En 1980, la institución permutó el edificio por terrenos en avenida de la Paz para su nueva sede. El viejo complejo de Murrieta fue derribado para levantar bloques de pisos.

Las instalaciones de Avenida de la Paz incorporaban nuevos servicios y en 2009, las Hermanas de la Caridad dejaban de atender la residencia, que actualmente sigue acogiendo a personas mayores.