"A los políticos les pido diálogo y cooperación"

Gustavo Basurto
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Dirige el Colegio de Arquitectos de La Rioja desde septiembre de 2020. Decano del COAR, Ángel Carrero (Madrid, 1962) reclama más diálogo a la hora de diseñar el modelo de ciudad y echa en falta en Logroño más urbanismo en lugar de tanta urbanización

Ángel Carrero, en su estudio, con las torres de La Redonda al fondo. - Foto: Ingrid

Durante la legislatura, buena parte del debate político y ciudadano en Logroño se ha centrado en movilidad, obras y edificios. ¿Es síntoma de que se han hecho cosas mal o que hay interés por participar en el diseño de la ciudad?

En la ciudad se ha hablado poco de urbanismo; hemos estado hablando de proyectos de urbanización, que no es lo mismo. Y ha habido un tema que lo ha sustituido bastante, que es la Agenda Urbana, que permite una serie de actuaciones en la ciudad. Afortunadamente, Logroño ha logrado captar gran parte de fondos Next Generation, llegados a raíz de la crisis, y se han desarrollado esos proyectos de urbanización, pero el debate ha llegado muy impuesto, en una situación postpandemia en la que había una preocupación sobre cómo reactivar los sectores comerciales y creo que ha faltado una parte de diálogo con los diferentes sectores, que sí la hubo al principio, pero luego se ha reducido.

Y en ese proceso de transformación urbana, ¿se sienten suficientemente escuchados los arquitectos?

Hemos participado muy poco. Al principio sí, pero después muy poco. El urbanismo de Logroño, que es el Plan General, ha quedado cuatro años sin avanzar absolutamente nada. Se está utilizando la Agenda Urbana como una forma de desarrollo de lo que tendría que ser el urbanismo, cuando afecta a muchas más cosas. El tiempo que hemos perdido para hacer el Plan General no ha sido el conveniente. En cambio, la Comunidad autónoma sí ha estado haciendo movimientos en las normas urbanísticas regionales, que se han podido desarrollar. En Logroño, el diálogo se acabó ya hace meses.

La revisión del Plan General de Urbanismo está pendiente desde hace años. ¿No se corre el riesgo de que la ciudad tenga necesidades nuevas y que nazca desfasado?

El Plan General está ya pensando estas nuevas materias de sostenibilidad y de movilidad eficiente desde hace tiempo; hay un movimiento por la sostenibilidad que viene de mucho antes de que la sociedad haya sido consciente. Actualmente, tenemos un Plan General que es de los años 80 y que, por tanto, se pensó hace 43 años. Es malo estar con los parámetros de una ciudad que acababa de inaugurar el edificio del Ayuntamiento. Por muchas actualizaciones que tenga, falta una definición más importante. Las posibilidades de crecimiento de Logroño son importantes, pero tenemos que ir a una ciudad más compacta y que los crecimientos estén más coordinados con el entorno, sin quedarnos como una isla; al final, el urbanismo afecta a los municipios de al lado y las comunidades limítrofes. 

¿Es normal que localidades tan populosas y cercanas a la capital como Lardero o Villamediana proyecten infraestructuras y dotaciones que, por cercanía, tal vez se podrían compartir con Logroño. No falta coordinación en el área metropolitana?

Sí, efectivamente. El entorno de una ciudad importante, que en nuestro caso es Lardero y Villamediana, pero también Navarrete e incluso Oyón. Y hay que equilibrar también con los diferentes polos de atracción de cada zona de toda la región. Vemos que son pocos los núcleos que ganan población y Logroño la pierde, porque se va al otro lado, lo que hace que las comunicaciones sean más complicadas. 

Según su modelo de ciudad, ¿qué le falta a Logroño?

La ciudad de los 15 minutos es una apuesta importante que surgió en macrociudades, como París, Barcelona o Madrid, con las macromanzanas...pero nosotros ya vivimos en una ciudad de 15 minutos, es decir que tengas todos los servicios en ese radio. En Logroño, en un entorno de media hora tenemos siete centros de salud y dos hospitales;superamos con creces los parámetros que se marcan para esos 15 minutos y lo que hay que hacer es mejorarlo: ir integrando las zonas verdes, tener siempre las visuales de masa arbóreo con las que se crean sumideros de CO2, promover de forma eficiente la movilidad...En Logroño es fácil hacerlo y aquí estamos muchísimo más cerca de lograr el objetivo de ciudad compacta de 15 minutos que quiere el resto del mundo. Hay que controlar los crecimientos de la ciudad y reforzar sus usos propios, para que no sea un parque temático, lo que no significa que no tengan que venir turistas, para la que sería bueno tener mejores conexiones por ferrocarril. Son temas que hay que ir puliendo, consolidando la ciudad compacta que tenemos y mejorando las condiciones de habitabilidad y de envejecimiento y el cuidado de mayores y de pequeños.  

Hermoso de Mendoza ha hecho de la nueva movilidad la enseña de su política,  con el plan Calles Abiertas, que genera rechazos y adhesiones. ¿Quitar espacio al coche y dárselo al peatón es el signo de los tiempos?

Evidentemente hay que quitar espacio al vehículo en ciertas zonas para dárselo al peatón. El problema es que no se dan alternativas para dejar los coches y en vez de dárselo al peatón se da a otro tipo de movilidad, que es sostenible y está muy bien, que es la bicicleta. Pero no está siendo comprendido cuál es la movilidad que queremos para las bicicletas. Hace falta una movilidad de vehículos para reparto y para las personas. Se hace apuesta por la bicicleta y de repente se hacen en los colegios públicos espacios de kiss and go (zonas donde padres y madres pueden detener 5 minutos el coche para despedirse de sus hijos)... ¡Pero si tienen que vivir en el entorno del colegio y lo saludable es que los niños vayan andando! Al final, se produce una inseguridad y lo que empezó como Calles Abiertas, que era urbanismo táctico de colores, va cambiando y no ha habido una reflexión sobre una buena actuación que se hizo inicialmente. Se está formalizando en obras, pero sin soterrar el cableado, de manera que tenemos la ciudad llena de cables por todas las fachadas. Habría que aprovechar todas estas obras de urbanización para renovar el saneamiento y soterrar todas las infraestructuras. Que dentro de 40 años no haya que abrir otra vez las calles para soterrar los cables de electricidad. Lamentablemente, se han cogido conceptos e ideas y se han desarrollado, pero arquitectos y urbanistas no han existido. 

Comerciantes y hosteleros contrarios a esas obras citan ejemplos de peatonalizaciones en otras ciudades que acaban con los negocios, pero también hay opiniones en sentido contrario. ¿Qué dice la experiencia de los arquitectos?

Como urbanista, veo que a veces el ocio y la hostelería ocupan demasiado espacio público. Hay terrazas que ocupan espacio público que se había previsto para otro uso y del que se saca rendimiento económico. Es un dilema conflictivo, porque si hacemos las aceras más grandes y al final es para poner más terrazas y sacar más rendimiento...Y luego están  esos paneles que aparecen por  toda la ciudad, con motores que hacen ruido, y que ocupan espacio público para hacer publicidad porque Europa nos dicen que tenemos que hacerlo. Y por la noche siguen encendidos...¿Pero no teníamos que hacer eficiencia energética y apagar los escaparates? Acabamos teniendo una ciudad cutre y neocochambrista. Ese mercadeo del espacio público hay que tenerlo mucho más controlado y no creo que eso signifique el cierre de la actividad de ocio y hostelera. Lo que lo cierra son actuaciones  que no culminan, como le pasa a las Cien Tiendas; eso sí que es un lastre para un negocio y cargarse el ocio y el comercio en esas zonas.

Ya conocemos el diseño que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento concibe para la calle San Antón de Logroño. ¿Qué le parece?

Solo conozco un vídeo promocional que he visto en redes que parece de inmobiliaria cutre, que no me dice nada. Creo que la mayor parte de la sociedad está de acuerdo en que habría que actuar en la calle San Antón, pero lo que he visto me parece un vídeo de inmobiliaria de multipropiedad vacacional. Ojalá nos hubiesen invitado para conocerlo antes. Esperaremos a ver la documentación gráfica. Lo siento, pero no me he llegado a enterar todavía si es una calle cerrada al tráfico o es peatonal con acceso del viario.

¿Y la idea avanzada también por el Ayuntamiento de crear un gran área peatonal que una las Cien Tiendas con el centro histórico?

Me parece una solución muy correcta, pero hay que pensar cómo acceder a esos espacios para poder tener servicios y vivienda. Mientras se conjuguen todos esos conceptos, me parece una solución que puede ser acertada. Y hay que pensar también en lo que se pierde convirtiendo esa parte en peatonal, porque quizás ya la Vuelta Ciclista no pase o los desfiles. Que no perjudique a esa parte de la ciudad y para sus residentes y comerciantes y no sea solo para una ampliación del casco histórico en la que a veces hay una degradación del ocio nocturno que va saliendo como una mancha por la ciudad.

Como en otras ciudades, proliferan los apartamentos turísticos. ¿Hay en Logroño un riesgo de terciarización, de que este tipo de alojamiento acabe por desplazar a los vecinos?

¿Riesgo de gentrificación?, sí, muchísimo. Es uno de los riesgos más importantes. Es verdad que eso permite la llegada de gran cantidad de turismo, pero hay que intentar estructurarlo. Que no haya las mezclas de usos turísticos con el residencial. Va a generar más problemas.

¿Tendría sentido en Logroño crear supermanzanas sin tráfico al estilo de lo que hace Barcelona?

Aquí no es necesario. En Barcelona, París o Nueva York, esas actuaciones llegan a ocupar hasta el dos por ciento de la ciudad; en Logroño, las actuaciones están suponiendo el 30 o 40 por ciento de la ciudad. ¡Si es al revés; nos están mirando para ver cómo lo hacemos nosotros! Una supermanzana sería la ciudad de los 15 minutos y eso se llama Logroño.

El proyecto de la sede de la empresa Bosonit suscita rechazo en varias asociaciones, entre ellas el Colegio de Arquitectos. Ustedes critican el cambio del Plan General y el impacto del edificio sobre los monumentos cercanos, pero en contra se podría argumentar que generará riqueza y recuperará un solar ahora vacío.

¿Y quién no quiere eso? Claro que está muy bien que haya ahí una actividad económica y puestos de trabajo. Con los mismos metros cuadrados habrá un centro de actividad de 400 personas y 30 residentes, según el proyecto de los arquitectos Lozano y Dobato...

El  proyecto es del japonés Kengo Kuma.

Los que firman el proyecto son Lozano y Dobato, dos compañeros aragoneses. Kengo Kuma hace la presentación, pero no firma el proyecto. No habrá un edificio de Kengo Kuma.

¿Entonces, a qué se oponen ustedes?

A la forma en que se ha desarrollado, a la forma de adjudicar la parcela, con un precio por el que se sacó está por debajo del valor de la expropiación, y a que en la Comisión de Patrimonio, ante un informe negativo de los técnicos de la Administración, la directora general dijera que para ella era positivo. Y como hay directores generales en una comisión técnica, todos votan que sí, excepto los cuatro pringados que votamos que no. Con los mismos metros cuadrados se podría haber bajado la altura para tener una integración con tres entornos declarados BIC, en vez de estrecharlos para elevar el edificio. Y de hecho, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha mostrado su preocupación, y son alguien. Y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España también lo ha entendido así. Ha faltado diálogo y ha habido cerrazón para sacarlo adelante. A lo mejor dentro de unos años algún político o algún director general tenga que responder de lo que ha hecho. Pero me preocupa más que la Unesco pudiera quitar la protección del Camino de Santiago en el tramo de Logroño, lo que significa también en términos de puestos de trabajo.

 

¿Cree que hay un riesgo cierto de que Unesco pudiera tomar esa decisión?

Claro, porque no se cumple el Plan Especial del Camino de Santiago. Nosotros lo único que hacemos es hacer estas advertencias. Creo que es un riesgo importante.

Es de suponer que la iglesia de Palacio y otras rompieron con lo anterior y durante siglos se levantaron edificios que ahora son monumentos sobre otros existentes. ¿Oponerse a este proyecto no es ir contra el progreso?

No, no...¿Por qué va a ser peor un proyecto porque tengas que hacer el edificio más ancho en vez de más alto;es que pensamos que la altura es lo que define la calidad? Un edificio más bajo sería admisible, porque no se ha variado la edificabilidad y los metros cuadrados son los mismos. Es como pensar que la arquitectura falocrática marca el poder...Y además aquí se da un interés particular, no de toda la sociedad. Se han vendido unos terrenos por lo que habíamos pagado un precio de expropiación más alto; no veo el interés de esta jugada.

La nueve estación de autobuses, aún sin inaugurar, tiene las dársenas no aptas para personas con discapacidad. ¿A veces los arquitectos se preocupan más por el diseño que por la funcionalidad?

No, no...Tenemos la suerte de estudiar una carrera con dos componentes que no encuentras en la mayoría de las demás: técnica y humanística. Y aplicamos la técnica para las personas. Luego, no es cierto eso de que olvidemos la funcionalidad. En cuanto a la estación de autobuses, nos pidió ayuda el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), la estuvimos viendo y ya se reconoce que hay un problema de accesibilidad, algo que se negaba desde el Ayuntamiento. Hicimos una propuesta con una solución sin tener que reducir tanto el número de dársenas. Probablemente, cuando se redactó el proyecto cumplía la normativa y ahora no la cumple. Tal vez los técnicos del Ayuntamiento que han llevado el tema se tenían que haber dado cuenta. No sé por qué ha costado tanto reconocerlo; ahora supone que esté cerrada, cuando se podía haber solucionado, porque el CERMI lo planteó durante la pandemia. No ha habido la atención suficiente.  

El entorno del ferrocarril está por desarrollar desde el punto de vista de los edificios residenciales. ¿Cree que seguiremos aún unos cuantos años con esos solares criando hierba?

Sí. Creo que lamentablemente tardará, de cinco o seis años en adelante, en función de cómo se desarrolle el mercado inmobiliario. 

También se ha convertido en eterno el sector Ramblasque, que ahora el Ayuntamiento del Logroño se propone reactivar para poder cambiar los chalés de lujo que contemplaba el Plan General por pisos. ¿Es una medida acertada? 

No lo conozco bien, pero creo que es mejor desarrollar el Plan General cuanto antes que intentar sacar sectores. ¿Hace falta de repente eso para hacer la ciudad concentrada, tener más habitantes en Logroño o se quiere que la gente del centro se traslade a esos sitios? Me parece rara esta modificación a estas alturas. 

Estamos a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas. ¿Qué les pediría a los políticos?

Diálogo y cooperación. El Colegio está siempre abierto a colaborar con todas las administraciones y todos los sectores sociales.