El peor derrumbe de la década sepulta a un operario de 45 años

R. Muro
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El trabajador fue hallado sin vida tras más de tres horas de angustiosa búsqueda. Otros dos obreros tuvieron que ser rescatados y trasladados al hospital San Pedro.El resto pudo ponerse a salvo al sentir el primer movimiento del edificio

Vista de la zona afectada por el derrumbe - Foto: Óscar Solorzano

Horas de auténtica angustia tras el derrumbe de parte del ala interior del edificio anexo al colegio Adoratrices de Logroño y que sepultó a uno de los trabajadores que en ese momento se encontraba en la segunda planta del inmueble. Pasadas las 9.30 horas de ayer, el espacio comprendido entre la fachada del edificio, de sótano y baja más tres alturas, y el primer vano, es decir, hasta la primera hilera de columnas, se vino abajo por causas que aún se desconocen. De hecho, según fuentes próximas a la investigación, el encargado de obra, de la constructora riojana Ocisa, había estado en la zona del desplome instantes antes sin observar ni comunicar anomalía alguna. 

Los aproximadamente ocho trabajadores que se encontraban en el ala objeto del peor derrumbe de la década en Logroño, que en ese instante se empleaban en tareas de albañilería para retirar los ventanales de la fachada que da al patio del colegio Adoratrices, sintieron un movimiento en el edificio, lo que provocó que la mayoría de ellos se apresuraran hacia el interior del inmueble, lo que, a su vez, evitó males mayores. No corrieron la misma suerte dos de los empleados que resultaron heridos de diversa consideración, y un tercero, que tras clavarse una herramienta en el abdomen a causa del primer impacto, fue arrollado por el derrumbe desde la segunda planta del inmueble y sepultado entre escombros ya en el sótano. 

Pasadas las 10 horas, los dos heridos fueron rescatados, uno de ellos gracias a la ayuda de sus propios compañeros, y trasladados al hospital universitario San Pedro de Logroño, donde permanecían en la tarde de ayer. Ambos evolucionan favorablemente. Mientras tanto, Bomberos de Logroño  iniciaban los trabajos para localizar al tercer empleado con ayuda de las unidades caninas de la Guardia Civil y de drones. Superada ya la hora y media de búsqueda, los perros, tal y como informó el Ayuntamiento de Logroño, no detectaban rastro alguno del trabajador. Se iniciaba así la búsqueda manual con la ayuda de maquinaria de excavación de la propia empresa encargada de la obra. Todo ello en un contexto de absoluta complejidad ante el riesgo de nuevos derrumbes, fundamentalmente, de parte del forjado que quedó colgando sobre el patio de Adoratrices.

Cerca ya de las 13 horas, el alcalde de la capital riojana, Conrado Escobar, lanzaba un mínimo halo de esperanza después de que los Bomberos hallaran «espacios de vacío» entre la abundante acumulación de escombros. No obstante, los perros continuaban sin detectar signos de vida pero sí se percibía el zumbido de la vibración del teléfono móvil del trabajador. 

Media hora después, ya sobre las 13.30 horas, el personal de Emergencias introducía por el acceso de vehículos del patio del centro escolar, en Doctores Castroviejo, una tienda de campaña que desvanecía cualquier atisbo de esperanza. El propio Escobar, cerca ya de las 14 horas, confirmaba que el trabajador había sido hallado sin vida. 

«Llevo más de veinte años en la construcción y nunca había visto que pasara nada como esto»

«Llevo veinte años en esto y nunca he visto nada igual». Así de rotundo se mostraba ayer, entre evidentes signos de tristeza y considerablemente afectado, el propietario de la empresa Alsarag Construcciones y Reformas, a la que pertenecía el trabajador fallecido en el derrumbe del ala interior del edificio anexo al colegio Adoratrices. Se trata de un varón de 45 años de origen pakistaní, como el resto de operarios que ayer se empleaban en la adaptación del inmueble a una residencia de estudiantes, y residente en el barrio San José de la capital riojana.

El fallecido tenía cinco hijos, tres en Pakistán y dos en Logroño, y «era un gran trabajador y un buen hombre», tal y como detalla el máximo responsable de la constructora subcontratada para labores de albañilería con sede en la capital riojana. 

Con todo, tanto los técnicos municipales como la propia empresa encargada de las obras consideraban ayer la demolición como necesaria ante el riesgo de que la caída de escombro, o nuevos derrumbes, pudieran afectar a los edificios de la calle Calvo Sotelo 16 y 18, cuyas traseras distan entre dos y tres metros del edificio afectado de Adoratrices. También permanecían cerrados ayer hasta cinco comercios  de la misma calle peatonal. 

Por otro lado, la Policía Nacional asumió desde un primer instante la investigación de los hechos con el objetivo de determinar las causas que provocaron el derrumbe. Tras la prioritaria evacuación de los trabajadores y de los dos heridos, y del resto de personal que se encontraba en el interior del inmueble, agentes de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja tomaban una primera declaración, en plena calle, a los propios operarios.

Investigación a la que se sumará también la autoridad laboral de la Comunidad autónoma y a la que aportará su informe el Instituto de Medina Legal de La Rioja, que se personó en el lugar de los hechos tras confirmarse el fallecimiento del operario.

descartada la explosión de gas. Tras el derrumbe del edificio, un fuerte olor a gas llevó a una primera hipótesis sobre una posible explosión como causa principal del desplome. Minutos después, tanto el Ayuntamiento como la Policía desmontaban el supuesto y explicaban que el derrumbe «en vertical y de arriba a abajo provocó la rotura de una tubería» y por tanto, el olor que se percibió en la calle.

Así, la envergadura de los hechos congregó hasta a ochenta personas de las tres administraciones públicas (estatal, autonómica y local) que «han trabajado en perfecta coordinación». Fueron en total seis ambulancias, dos soportes vitales avanzados, agentes de Policía Nacional además de la unidad canina y de drones de la Guardia Civil apoyados también por un perro especializado en la búsqueda de personas de SOS Rioja 112. 

También asistió Bomberos de Logroño, agentes de Policía Local en cargados del desalojo de edificios y comercio, técnicos de arquitectura del Ayuntamiento de Logroño e Inspección de Trabajo.  

Un amplia dispositivo que se personó en el lugar de los hechos en poco más de diez minutos.