La Policía vigila perfiles violentos en un Logroño sin bandas

R. Muro
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La Jefatura Superior considera que en la capital «nunca ha habido un líder natural» capaz de asentar algún grupo organizado capaz de gobernar la delincuencia

La Policía vigila perfiles violentos en un Logroño sin bandas - Foto: Óscar Solorzano

Las bandas latinas, o los grupos violentos de referencia grupal latinos, como los rebautizó el ministerio del Interior a mediados de 2022, no han conseguido asentarse en Logroño, ni en La Rioja en general,  más allá de tímidos conatos que no fraguaron y que el paso del tiempo se encargó de difuminar.  Aún así, diferentes unidades de la Jefatura Superior de Policía controlan, más que a grupos, a perfiles violentos concretos en Logroño, también entre menores de edad, que «en algún momento cometerán el error de provocar un delito grave» o que incluso pudieran llegar a plantearse la conformación de algún grupo de carácter violento. Son palabras de un especialista de la Policía Nacional de la capital riojana que accede a hablar de estos redefinidos grupos violentos bajo un absoluto anonimato.

Las hasta hace poco llamadas bandas latinas, Ñetas, Latin King,  Trinitarios o Dominican Don´t Play, entre otros, dejan su huella en lo que consideran su territorio. «Marcan una zona y todo el que conoce sus señas de identidad sabe que ellos la consideran suya», detalla. Hasta hace unos años eran muy visibles en ciudades como Madrid si bien, las marcas se han extendido a otras ciudades españolas más reducidas. En Logroño no se han detectado más allá de «una simple pintada que apareció en la plaza de Invierno (Primero de Mayo) relativa a un grupo sin matriz denominado Stin King/Queen STL 24.7. No tuvo más recorrido a pesar de que el ministerio del Interior emitió un informe en 2016 aludiendo a que esta banda se había asentado en Logroño y en Calahorra. En ninguna de las dos ciudades sigue activa.

Sin embargo, el principal motivo por el que Logroño vive, al menos de momento, ajeno a este tipo de grupos, es que «aquí no ha habido nunca un líder natural, no alguien enviado de fuera, sino alguien con una capacidad de liderazgo suficiente como para conformar un grupo», señala el experto en este tipo de grupos violentos de la Policía Nacional. 

Ahora bien, desde diferentes unidades policiales tenemos «abierta, por decirlo de alguna forma, una investigación continua. ¿Para qué?, pues por si acaso». Por un lado figura el trabajo de prevención ante nuevos e hipotéticos conatos de conformar un grupo violento y, por otro, «para controlar perfiles de carácter violento».  

Control delincuencial. Tampoco se ha constatado en la capital riojana otra de las características que lleva a la calificación de grupos violentos como es «el control delincuencial. En Logroño no hay grupos que controlen la prostitución, la tenencia de armas o el tráfico de droga más allá de pequeños trapicheos». 

Todas estas observaciones quedaron plasmadas en un informe desarrollada a instancias de la Fiscalía de Menores de La Rioja, y tras la remisión, por parte de la Policía Local, de dos videos que según el cuerpo municipal, reflejaban «una extrema violencia». 

Tras la solicitud de la Fiscalía, la Policía Nacional pudo atestiguar que los vídeos mostraban «peleas concertadas entre chavales de la misma edad en la que, por ejemplo, mostraban el arte del boxeo» e incluso se exhibían «los típicos golpes de atención» propios de combates pactados. «Evidentemente, si dos personas se pelean para practicar, alguno puede salir sangrando». En el mismo informe se ponderan todas estas características como la ausencia de un liderazgo natural, de marcas de identidad de grupos violentos y la falta absoluta del control delincuencial. El informe de Policía Nacional suscrito por el mismo especialista que se presta a hablar para El Día de La Rioja, concluye que «las ponderaciones no indican que en Logroño existan grupos violentos» así conformados.

Un informe, por cierto, al que la Fiscalía dedicó un tímido párrafo en su memoria de 2023. 

«Logroño no es Pamplona», matiza. En la capital navarra conviven Los Bloods, con dos facciones, los grupos vinculados al independentismo, grupos de extrema derecha y otras organizaciones relacionadas con el Osasuna como los Indar Gorri. Un caldo de cultivo que no existe, ni de lejos, en Logroño. 

En cualquier caso, Interior los incluye a todos en el concepto de grupos violentos y huye ya de la denominación tradicional de bandas latinas. 

Los entornos escolares 

Los datos que ofrece la Jefatura Superior de Policía de La Rioja no localizan a estos grupos juveniles en zonas concretas de la capital riojana. Más bien están conformados «entorno a los institutos o a los colegios», detalla este policía conocedor de este tipo de organizaciones juveniles que en ningún caso vincula con las conocidas como bandas latinas. Por lo general, «no buscan enemigos fuera de los centros de estudio, más bien se generan en los propios colegios e institutos y con chavales de la misma edad». 

Tira por tierra la sensación generalizada de que en los alrededores de la plaza Primero de Mayo se concentre un grupo violento. De hecho es una zona que ha sido vigilada y controlada y «nadie de las personas adultas con las que hemos hablado tiene esa sensación.  Somos conscientes -prosigue- de que ha habido pequeños hurtos, pero nada que ver con los grupos de carácter violento».

el machismo de las 'reinas'. Lo que sí constituye un denominador común en estos grupos de jóvenes entre los que existe algún perfil violento aislado, es que mantienen un marcado sesgo machista «por naturaleza, cosifican a la mujer». Es más, en muchas ocasiones, los enfrentamientos vienen derivados porque alguna chica empieza a salir con otra pareja de otro grupo. Llegan a pensar que su exnovia «no puede estar con otro», explican desde la Jefatura Superior de Policía. Ahora bien, este machismo alcanza incluso a las denominadas «reinas», es decir, «chicas que salen con los cabecillas de alguno de estos grupos y ejercen un machismo similar sobre otras jóvenes». 

Sin embargo, el paso del tiempo juega a favor de los agentes, de los propios jóvenes y porqué no, de la sociedad en general. No es algo exclusivo de la capital riojana sino más bien generalizado en este tipo de grupos juveniles. El pico delincuencial comienza a pronunciarse a partir de los catorce años y suele llegar a su máximo exponente sobre los veinte años. «La inmensa mayoría deja de delinquir» y adopta una vida normalizada. «Se enamoran y ella no quiere ir con el grupo de su pareja, o se ponen a trabajar» y, por lo general, propician un cambio decisivo a sus vidas. Los menos, continuarán con actividades ilícitas.

Otro de los rasgos comunes descritos por el especialista de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja es «el mestizaje de estos grupos juveniles. «Ahora hay grupos con latinos, rumanos e incluso españoles de todas las clases sociales aunque fundamentalmente suelen responder a hijos de familias desestructuradas». Eso sí, la inmensa mayoría, al margen de su de origen, disponen ya de DNI español. 

Constituye, a grandes rasgos, una ligera radiografía de la situación de estos grupos no integrados en el concepto ministerial de violentos, pero entre los que sí existen perfiles violentos que en algún momento «cometerán un error».