La cara y la cruz

Feli Agustín
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Las estimaciones apuntan que las ventas de Rioja cayeron un 5% el año pasado, en una tendencia general de descenso de tintos. Rueda, con casi solo blancos, bate récords

Una chica, en una tienda de vinos de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

Abel Torres,  director general de Viñedos de Aldeanueva, confía en que durante el segundo semestre de este año las ventas de vino se recuperen gracias a una serie de aspectos -estabilización de los tipos de interés, freno a la subida de precios  de los alimentos o adecuación de los salarios a la subida del IPC-, factores que pueden suponer un acicate para el consumo.

«Este año es determinante;si  mejora y nosotros no seguimos el mismo camino habrá que adoptar decisiones de mayor calado», reflexiona el responsable de la mayor cooperativa de Rioja, que no esconde que hay cuestiones de carácter estructural que están afectando de manera negativa a las ventas de vino, particularmente de tinto. 

Si bien es cierto que el descenso de la comercialización es una afección que están sufriendo diversas zonas productoras del mundo -Australia arrastra años de caídas y Burdeos va a acometer el arranque de viñedos- los blancos parecen escapar de esta quema.

Y también en Rioja.  A falta de conocer los datos de diciembre, las estimaciones cifran una caída global del 5%, un descenso que limitarán los blancos, de acuerdo a las ventas hasta noviembre. Hasta ese mes, los tintos bajan el 5,7%, los rosados, un 3,5%, mientras que los blancos presentan un crecimiento del 3.1%.

El retrato de Rioja es similar a otras denominaciones, con el caso de Ribera como el más sobresaliente que, con el año cerrado, presenta un retroceso de cerca del 10%, al comercializar 91 millones de botellas de vino, frente a los 100 millones de 2022, año que supuso un récord histórico.

En el caso de Toro, el descenso ha sido más contenido, del 2,5%, mientras que Jerez, con datos hasta octubre, presentaba una caída del 3,5%.

Rueda. En el otro extremo se ubica otra de las denominaciones de Castilla y León, Rueda, la mayor comercializadora de blancos del país, y donde los tintos apenas tienen presencia:la uva blanca cultivada supone 130 millones de kilos, mientas la tinta no llega a 400.000. Esta denominación consolidó el año su preponderancia en este mercado y batió su récord de ventas al alcanzar 115.957.448 de contraetiquetas, de las que 115.852.418 son de blanco, un 5,4% más que en 2022.