La clamidia, gonorrea y sífilis aumentan mucho en seis años

David Hernando Rioja
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El Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria del Gobierno de La Rioja detectó un total de 807 casos de infecciones de transmisión sexual en seis años

Personas paseando por el centro de Logroño - Foto: Óscar Solorzano

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un problema importante de salud pública, tanto por su magnitud como por sus complicaciones y secuelas si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz de los pacientes.

El número total de infecciones de transmisión sexual (ITS) en La Rioja durante los años 2017 a 2022 ha sido de 807 casos.

El médico del departamento de enfermedades infecciosas, Javier Velasco, informa que, según los datos del  Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria del Gobierno de La Rioja, se observa un incremento «claro y sostenido» de la incidencia de las ITS en La Rioja. Algunas de estas son la clamidia, la gonorrea y la sífilis.

Los datos muestran que la incidencia por cada 100.000 habitantes de estas tres infecciones de transmisión sexual ha crecido año a año, pasando de 17,44 en el 2017 a 96,28 en el 2022. Hubo un pequeño descenso en el año 2020 pero el motivo fue la pandemia provocada por la Covid-19.

Aunque si se observan por separado, se puede ver que ha aumentado la incidencia de la clamidia y la infección por gonorrea pero «las cifras de sífilis son estables y no ha habido un aumento tan claro», apunta Velasco.

Este experto señala que la explicación de estas cifras tan «discordantes» es que la clamidia o la gonorrea no producen síntomas en los pacientes, por lo que «somos nosotros los sanitarios, quienes, al hacer pruebas de cribado, las detectamos». «Podemos explicar parte del aumento en que cada vez se hacen más pruebas diagnósticas», aclara.

En este punto, este informe del Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria también diferencia por segmentos de edad. Se observa que la cohorte con mayor número de casos es la de 20 a 29 años, con 1414,03 casos por 100000 habitantes, seguida de los que tienen entre 30 y 39 años, con 458,09 casos por 100000 habitantes. También queda claro que todas las ITS son más frecuentes en hombres con 548 casos, que en mujeres con unos 259 casos.

Si estas infecciones se estudian de manera individual, la tendencia es similar en todas ellas, siendo la cohorte con mayor incidencia 20-29 años, seguida de 30-39 años. Aunque es verdad que la sífilis se presenta en edades más avanzadas, de los 40 a 59 años. Otro dato que se destaca en este informe es que hay más casos en hombres que en mujeres, sobre todo en infección gonocócica y sífilis.

Síntomas. Los síntomas que provocan estas infecciones de transmisión sexual son muy variados, y en algunos casos, peligrosos para el ser humano.

Javier Velasco indica que uno de los motivos para la transmisión tan incrementada es que muchas son asintomáticas, es decir, el paciente no nota síntomas hasta que muchas de sus parejas se hacen el cribado por otro motivo. En otras ocasiones, el paciente nota diversos síntomas, como la emisión de pus o líquido lechoso por la uretra o la aparición de úlceras que aparecen en la zona genital.

Estas infecciones provocan síntomas diferentes en los hombres y en las mujeres. A las mujeres, por ejemplo, la clamidia les genera una inflamación del cuello del útero, aumento del flujo vaginal, sangrado vaginal anómalo o exudado endocervical purulento. Añade que la complicación «más preocupante» por infección por clamidia en el cuello del útero es la enfermedad pélvica inflamatoria que puede producir infertilidad, embarazo eptópico o dolor pélvico crónico.

En el caso de los varones, la clamidia es una causa habitual de uretritis, es decir, una infección de la uretra. «Cuando los síntomas están presentes se produce una secreción acuosa o mucosa a través de la uretra y dolor en la orina», detalla.

La gonorrea, por su parte, informa que la mayor parte de las infecciones no generan síntomas en las mujeres pero pueden provocar inflamación del cuello del útero, implicación o afectación de la uretra, inflamación pélvica inflamatoria o infertilidad. En los hombres, en cambio, suele ser una infección asintomática aunque puede provocar una uretritis, que provoca dolor a la hora de miccionar. También existen casos de afectación extragenital cuando afecta al recto o la faringe,  infección diseminada con la presencia de bacterias en la sangre que se diseminan en la sangre o por todo el cuerpo.

Por otro lado, los síntomas de la sífilis dependen de la etapa en la que esté la enfermedad. Velasco informa que en la primera etapa, la manifestación clínica es una úlcera "no dolorosa que se cura en unas semanas". La secundaria, describe, se produce semanas o meses más tarde y se caracteriza por causar síntomas como fiebre, cefalea, malestar o anorexia, entre otras.

La sífilis tardía, añade, son casos que se dan en pacientes que no han sido tratados en la fases previas y tienen riesgo de causar una infección del sistema nervioso central, la piel y los huesos.

Dentro de la sífilis, las personas pueden tener otro tipo que se denomina  neurosifilis. Algunas de las características de esta son meningitis, dolor de cabeza, alteración de la agudiza visual y parálisis dorsal. «Por suerte, es más infrecuente que las anteriores», concluye