La cosecha más añeja se despide

El Día
-

El Voleyviña se retira tras dos décadas de máxima longevidad competitiva

El Voleyviña, y su cantera en el polideportivo de la UR este pasado miércoles. - Foto: Óscar Solorzano

Hubo un tiempo en el que la Superliga Femenina se regía bajo los designios de dos equipos riojanos: Haro Rioja Voley y Voley Logroño. Entre ambos cosecharon siete campeonatos y medio, siendo indiscutible la hegemonía del club dirigido por Carlos Arratia. La edad de oro tocó a su fin aunque el conjunto jarrero lleva un cuarto de siglo siendo el referente del voley femenino riojano pese a que el decano es el D'Elhúyar.

El máximo, y único, representante del balonvolea masculino lo es, lo fue y lo seguirá siendo el Voleyviña, entidad surgida en el seno de la Universidad de La Rioja y que este pasado mes de abril echó el telón a una trayectoria iniciada, formalmente, en 2005.

Nacido en el seno de la UR, los logroñeses han sido uno de los clásicos de la Segunda masculina, cuarta categoría nacional, su hábitat natural pese a que un curso se dieron el gusto de jugar en Primera.

El Ojaconecta, uno de los muchos nombres bajo los que ha competido (Javier Rioja además de director general de la empresafue uno de los jugadores señeros del equipo), fue siempre un club particular. La gran mayoría de sus protagonistas peinaban canas al tiempo que, temporada tras temporada, retrasaban su jubilación forzosa y eso que el voley es un deporte muy lesivo con las articulaciones.

Este curso ha sido su último en activo aunque seguirán apoyando el voley formativo y organizando el torneo de voley playa homónimo, un clásico del calendario estival logroñés. El 1 de abril, April Fools' Day, compitieron por última vez. No era una broma. Lo hicieron para sellar la quinta plaza del grupo y decir adiós con victoria (3-0 al Arizmendi). Ya no habrá más partidos oficiales pero sextos sets -traslación voleibolística del tercer tiempo de rugby- sí habrá.De hecho, los riojanos siempre se han caracterizado por encarar la vida como el deporte de la forma más distendida.

Israel Ajamil, entrenador y alma mater,los hermanos Lanchares, Roca, David Amatriain, BorjaPacheco, Víctor Marante, etc. han sido algunos de los muchos jugadores que han pasado por sus filas. El más ilustre no fue otro que Rodrigo Jiménez, actual líbero del Río Duero Soria, finalista de laSuperliga Masculina y que, tras formarse en el Voley Logroño, se ejercitó con los riojanos el curso de la pandemia.

Iniciaron el curso 22-23 conscientes de que era el último. Las fuerzas no habían menguado aunque las obligaciones familiares no hicieron sino aumentar. En la cancha coincidían un par de generaciones. El cadete era Edy Burcus, dieciseisañero. El sénior, Juanjo Pellejero, frisaba el medio siglo aunque una docena de sus compañeros superan las cuatro décadas de existencia. Pocos equipos federados presentan un amalgama tan variopinto de edades. Pocos, desde luego, tienen a sus hijos como sus mayores fans.

En sus filas han formado cubanos, brasileños, franceses y, hasta el pasado año, Iñaki García, cuyo recuerdo sigue presente en el Voleyviña. A principios de otoño será homenajeado en León, su localidad natal.Será el penúltimo acto de un club que llevó la longevidad competitiva hasta sus últimas consecuencias.