Motivos para creer

Gonzalo Ortega
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La SD Logroñés araña un punto en su visita al Johan Cruyff frente al filial del FCBarcelona con un gol de Jordi Escobar en la recta final que no le sirve para abandonar los puestos de descenso

La SD Logroñés acumula seis partidos sin ganar. - Foto: FC Barcelona

La mejor de las noticias que se pueden extraer de la visita de la Sociedad Deportiva Logroñés al Johan Cruyff de la Ciudad Deportiva blaugrana es que, con 16 jornadas todavía por disputarse, hay motivos para creer. Una SD Logroñés que saltó de inicio con un centro del campo renovado, y con cuatro fichajes invernales como titulares, no se dio por vencida a pesar de volver a encajar gol en el primer cuarto de hora y fue capaz de rascar un punto en su visita al filial del FC Barcelona.

Larrazabal, sabedor de la dificultad de jugar en el campo de un filial que roza los puestos de descenso y que venía de ganar sus dos últimos partidos, planteó un sistema defensivo que hasta ahora no había utilizado. Iru, siempre en portería, tenía delante a tres de sus centrales como Murua, Trespalacios y Aurtenetxe, con Cova y Paredes en labores más de carrilero, para completar la línea de cinco. La medular fue para Salado y Miceli, con Michael en banda diestra y Ferni en su posición natural en la zurda, abandonando esas tareas de mediapunta de jornadas anteriores y con Jordi Escobar en punta.

Dominó el Barça Atlètic desde el comienzo, que sometió a la SDL con balón y le asfixiaba en el sin balón para robar y con raudas combinaciones plantarse en el área. Pudo poner el primero el filial blaugrana en el minuto 7, en una jugada en la que Pau Víctor superó a Iru, pero su posición tan escorada le impidió disparar a portería, por lo que en su intento de conexión con Jaume Cuellar, el balón se paseó por la línea de gol hasta que lo despejó en última instancia Murua. El Barcelona B seguía demasiado cómodo y en una de las jugadas que menos peligro parecía entrañar, llegó el gol.

Marc Bernal amagó con un centro lateral, para, a la postre, encontrar con un pase raso y sin oposición alguna a Pau Víctor, incrustado entre centrales libre de marca. Al recibirla dentro del área, el delantero catalán que llevaba once tantos esta campaña, engañó a Iru con su orientación corporal, este se venció antes de tiempo y tan solo tuvo que pasar el balón al fondo de las mallas para hacer el duodécimo.

Quizás por la alineación planteada, el gol culé, que volvió a llegar en los primeros 15 minutos de partido, dolió doble. Por el castigo del tanto en sí, y porque el conjunto blanquirrojo volvía a encajar, una jornada más, en los primeros compases del encuentro. Y lo que verse por debajo conlleva, anímicamente, tener que remar contracorriente desde el inicio del mismo.

La SD Logroñés neutralizó el dominio local y comenzó a encontrarse mejor sobre el terreno de juego ante un Barça Atlètic que se limitó a querer agotar los minutos del cronómetro. Y no paso prácticamente nada más en el primer acto, a excepción de un centro lateral de Aurtenetxe que fue rematado de cabeza por Michael a la cepa del poste y encontró la estirada de Marc Vidal.

Ya en la segunda mitad, volvió a ser protagonista en un inicio el conjunto local, que probó fortuna con un disparo de Naim rechazado por la defensa y un disparo posterior de Aleix Garrido que atajó Iru. Poco a poco, los visitantes buscaban con más ahínco el empate y casi lo encuentra Jordi Escobar en una acción en la que Ferni filtró un pase bombeado a la espalda de los centrales y el delantero blanquirrojo disfrutó de hasta dos oportunidades para batir a Vidal, pero ninguna con la suficiente eficacia para certificarlo y lograr las tablas.
En la recta final, Larrazabal optó por cambiar hasta cuatro de sus hombres al dar entrada a Castellano, Damiá, Luzzi y a otro debutante: Schmerböck.

Fue este último quién, en sus primeros minutos con la elástica blanquirroja, encontró la primera (de muchas que se esperan) conexión con Escobar. El austríaco, dentro del área, centró al corazón de esta para que el 17 blanquirrojo se adelantara a los defensas blaugranas y marcase con un disparo al primer toque por la escuadra ante el que Vidal solo pudo mirar. Empatada la contienda, llegó el final del partido y un punto para cada equipo, como premio a la insistencia de la SD Logroñés, que no le perdió la cara al partido y luchó hasta el final para no irse de vacío de su vista a la ciudad condal.