«Los maestros se jubilan tristes, ya no hay vocación»

Mónica Burgos
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El expresidente del Consejo Escolar y presidente de La Bitácora XXI, Juan A. Gómez Trinidad, aborda el desprestigio y pérdida de autoridad docente por la desconfianza de las familias y nuevas pedagogía

El exvicepresidente del Consejo Escolar del Estado y presidente de la Bitácora XXI, Juan Antonio Gómez Trinidad - Foto: Ingrid

Aquella figura referente y autoritaria, sumamente respetada e incuestionable fuese cual fuese la situación, y cuya huella marcaba a los alumnos, en muchas ocasiones, para siempre. Son estos adjetivos y atributos que perfilaban la tradicional figura del 'maestro', pero que cada día se alejan más de la actual.

«Los profesores hoy se jubilan con tristeza, la profesión a la que accedieron por vocación se ha convertido en una carga, están deseando llegar a la jubilación», expresa el exvicepresidente del Consejo Escolar del Estado y presidente de la Bitácora XXI, Juan Antonio Gómez Trinidad. «Antes los profesores se jubilaban gozosos, satisfechos, orgullosos, eran esa figura reconocida y querida, ese maestro que nos marcó, y sin embargo hoy día se ha convertido en una cruz».

«La escuela es la caja de resonancia de los problemas sociales, sufre los problemas de la sociedad pero también contribuye en ocasiones a que se generen, es causa y víctima» señala Gómez Trinidad, y plantea, «por supuesto que la escuela tiene que asumir la tarea de mejorar esa sociedad pero, si es la educación lo que está mal, ¿cómo lo resolvemos?».

Gómez Trinidad alude como las principales cruces para la docencia a la «perdida de respeto» hacia el profesorado, así como al «esfuerzo por valorar la cultura», a lo que se une la inevitable presencia y mayor influjo por parte de las redes sociales y las nuevas tecnologías.

La cultura de la sospecha. Las nuevas pedagogías que pondrían al docente en segundo plano y la desconfianza creciente por parte de las familias hacia el profesorado son otros dos factores que, asegura Gómez Trinidad, derivan el cauce hacia la situación actual, «se ha perdido la confianza en el profesorado y se ha cultivado la cultura de la sospecha».

¿A quién se le ocurriría decirle a un médico lo que tiene que hacer? Lo mismo, entonces, debería ocurrir con el profesorado. Así lo plantea Gómez Trinidad, y hace con ello especial hincapié en el papel que las familias han jugado en el desprestigo del docente. «Cuando hay sospecha no es posible educar, nadie puede educar si las familias están dudando, la educación y la enseñanza requieren confianza, y una de las cosas que se han roto es precisamente esa confianza», y reclama en este sentido la autonomía de los docentes, «es un profesional cualificado y no necesita que le estén guiando constantemente».

No obstante, el docente no queda exento de culpa y es que, indica, «también los propios maestros, han contribuido a perder esa identidad, ese respeto y cariño que debe de tener un profesor». 

Por ello la solució es también, señala, «una tarea de cada profesor», «la autoridad no llega de fuera, son los profesores los que tienen que recuperar su prestigio y pasión por su asignatura».¡

Coloquio por los docentes. Visibilizar y analizar el contexto que atraviesa la comunidad docente es el objetivo de la conferencia coloquio ¿Qué pinto yo en el aula? Una reflexión sobre el malestar docente que se celebra hoy a las 19 horas en el Centro Cultural Ibercaja.

En la conferencia coloquio organizada por La Bitácora XXI, patrocinada por UNIR y en colaboración con Fundación Ibercaja y Bodegas Valdemar, estarán presentes como ponentes Juan Antonio Gómez Trinidad junto a la directora general de Gestión Educativa, Carolina Fernández Losada y el director del colegio Rey Pastor, Luis Viguera, que aboradaran los temas que más preocupan en educación.