"El observatorio permite conocer la evolucionan los perfiles"

El Día
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Jorge Torres, subdirector de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Internacional de La Rioja recuerda que la inteligencia artificial es una «aliada»

Jorge Torres. - Foto: UNIR

La Universidad Internacional de La Rioja ha abogado desde su nacimiento por la innovación en su oferta académica. La institución, siempre atenta a la evolución del mercado, ha creado el Observatorio del Conocimiento para detectar las tendencias del mundo del trabajo. Hablamos con Jorge Torres (Querétaro, México, 1970), subdirector de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología. 

La Universidad Internacional de La Rioja ha puesto en marcha el Observatorio del Conocimiento. ¿En qué consiste esta iniciativa?

La misión de UNIR es reducir la brecha entre las necesidades que requiere el mercado laboral y la formación que reciben los estudiantes. UNIR, continuamente, realiza procesos de actualización de sus titulaciones en busca del gap cero, es decir, con el objetivo de minimizar esta brecha. Se trata de mejorar la oferta de títulos para adaptarnos a las necesidades del mercado. 

El Observatorio del Conocimiento nos permite conocer cómo están evolucionando los perfiles profesionales que se requieren. Tratamos de entender la evolución del mercado, pero no sólo de España, sino también de los países en los que UNIR tiene presencia. Lo hacemos aproximándonos a diversas fuentes. Observamos estas tendencias todos los días. No solo nos enfocamos en España y en los países en los que estamos implantados. También analizamos los datos de Estados Unidos, Reino Unido, Japón o Alemania, por citar solo unos ejemplos.

Queremos saber cómo evolucionan los perfiles profesionales de estos países. Analizamos no solo cuál es la oferta de un determinado perfil profesional. También sabemos qué tipo de habilidades blandas y técnicas requiere ese tipo de perfil. Hay perfiles profesionales que no tocamos (función pública, ámbito de la salud, etc.) porque no forman parte del objetivo académico de UNIR.

Vuestra institución dispone de más de cien millones de registros procedentes de España, distintos países de América (México y Colombia) y Asia (Singapur). ¿Es un buen muestrario para analizar el mercado laboral en dichos territorios?

Así es. Conocemos qué empresas necesitan empleados, qué sectores, qué perfiles demandan y, también, qué nivel de responsabilidad requieren en dichos perfiles.

¿Cambia la oferta según los países?

La oferta cambia, así es. Hay países que demandan perfiles técnicos con más valor, a nivel directivo. Hay otros países que no requieren este tipo de perfiles porque su mercado laboral está más orientado al sector servicios, por ejemplo.

Se da una situación curiosa porque de país en país cambian las habilidades requeridas para un mismo perfil. Por ejemplo, en Ecuador a un ingeniero de software se le piden otras habilidades que a un ingeniero de software español.

UNIR da mucha importancia a los análisis que proceden de dicho Observatorio. ¿Es así?

Por supuesto, pero no es la única fuente que empleamos. Sí que es una buena fuente de partida. Sus datos, combinados con otras fuentes, nos permiten decantar nuestra oferta académica y delimitar nuestras certificaciones.

El nuevo mantra es el 'trabajo de calidad'.  ¿Cómo de importante es esta aspiración para el ámbito académico y, por supuesto, el empresarial?

Los títulos oficiales de la Universidad Internacional de La Rioja tratan de aportar valor añadido. Nuestras especializaciones están orientadas en la especialización productiva. En este sentido, hay perfiles que no entran dentro del 'trabajo de calidad' y que desde el ámbito de estudios de UNIR no se abordan. 

En un contexto laboral mutante, ¿cómo se puede alcanzar el trabajo de calidad?

La formación es la llave del trabajo de calidad. Gracias a la formación podemos alcanzar una actualización de capacitaciones profesionales que mejore nuestras habilidades.

Si estudié en los ochenta Finanzas, está claro que en el día de hoy, de la mano de la inteligencia artificial se puede aportar valor añadido al sector financiero. Con este reciclaje puedo mejorar mi empleabilidad.

El mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda pero, una vez detectada la existencia de una necesidad, ¿qué pasos da UNIR?

Hay dos caminos. El corto, por así decirlo, consiste en la creación de un título propio que cubra esa necesidad. Desarrollarlo puede costar unos seis meses. El camino largo pasa por la titulación oficial, de la mano de la ANECA y que requiere unos 24 meses en lanzar dicha formación oficial. Por eso es vital detectar con prontitud las necesidades del mercado. 

En pleno siglo XXI, ¿hacia dónde se dirige el mercado laboral?

La automatización, la robotización, la penetración de la inteligencia artificial es una realidad que está ahí. Se requieren profesiones con un grado de tecnificación muy alto.

Los servicios financieros, el desarrollo de software, el análisis de datos son sectores de lo más demandados en la actualidad. El área de salud también tiene un fuerte componente tecnológico. 

La tecnología, ¿es un aliado o un factor desestabilizador del mercado laboral?

El Foro Económico Mundial, en 2021, se hizo esta pregunta. Lo hizo con un artículo que llevaba por nombre El futuro de los trabajos. Desde 2019 ya se preveía que para dentro de nada, para 2025, más de la mitad de los trabajos se iban a automatizar. Hay dos opciones. Llevarnos las manos a la cabeza por la destrucción que conlleva o comprender que la tecnología es un potenciador y no es una amenaza. 

Está claro que habrá tareas, y estoy pensando en los Centros de Atención Telfónica, por ejemplo, que desaparecerán pero hay que convivir con la tecnología y extraer toda sus potencialidades.

Y, en el futuro, ¿será la inteligencia artificial un actor dominante de dicho mercado?

Desde luego y combinarlo con perfiles tradicionales es clave. La inteligencia artificial es una aliada.