Emmanuelle no puede quitarse la sonrisa de la boca. A pesar del cansancio físico, convertirse en peregrino está resultando una experiencia única por varios motivos. «Me gusta mantenerme en forma, potenciar mi físico y hacer el camino  me lo permite», afirma este joven argentino que comenzó en Camino en Francia y lo terminará en Portugal. Aunque confiesa que ha hecho un poco de trampa. «He enviado por correo parte de mi equipaje directamente a Santiago».

«Está resultando una maravilla, he visitado unos lindos pueblos pequeños y grandes ciudades como Pamplona y Logroño, que creo que tiene mucho que ofrecer», afirma Emmanuelle. 

Ese peregrino que ha cruzado el charco para recorrer un ruta milenaria se prepara para descansar unas horas, recobrar fuerzas con un buen almuerzo y lanzarse a conocer los encantos de una ciudad desconocida hasta ahora, pero a la que le tiene muchas ganas. No lo hará solo ya que reconoce que ha hecho grandes amistades en lo que lleva de Camino.

«He conocido gente de muchos países, de Argentina, un chico de Japón, una pareja de Brasil y una chica de Nueva Zelanda», recuerda, «pasábamos la noche juntos, en el mismo albergue y por la mañana retomábamos el Camino, cada uno a su ritmo».

«Recomiendo hacer el Camino una vez en la vida, es una experiencia única», afirma. Emmanuelle llegará a Santiago de Compostela en 27 días, «si todo va bien». Será el fin de una etapa que comenzó en su país natal y que le llevará más allá de las fronteras españolas.