Obi salió de Roncesvalles hace unas semanas aunque su viaje comenzó mucho antes y mucho más lejos: En Nigeria. Su Camino termina en Logroño «tengo que volver al trabajo», se lamenta.

Este joven nigeriano asegura que siempre le llamó la atención todo lo referente al Camino de Santiago, «la idea de viajar de una forma que me permite conocer gente. Es una manera de alargar la vida porque esas personas con las que te vas encontrando te cuentan sus historias y te lleva a compartir sus experiencias». De hecho, Obi es una persona muy popular entre el resto de peregrinos que le animan a contar su experiencia y dar a conocer las razones por las que hace el Camino de Santiago. 

Obi reconoce que esta etapa del Camino que termina en Logroño le ha permitido salir de su rutina, «he conseguido sentir esa chispa de que  estoy viviendo de verdad. El Camino no es fácil mentalmente pero físicamente, tu cuerpo se resiente. Por eso es bueno sentirse fuera de tu zona de confort, sentir ese dolor en la espalda, en las piernas, en los pies te recuerda que eres humano. Pero el Camino también me ha servido para reflexionar».

Porque el Camino también proporciona salud física y mental, pero no todo va a ser sufrir. «No conozco Logroño pero ya he pedido información sobre qué conocer en la ciudad, es parte del plan. Me han recomendado la calle Laurel, allí creo que me va a gustar porque me gustan los lugares en los que hay gente, alegría y 'movida'», afirma sonriendo, «por lo que me han contado así imagino».