El judoca español Nikoloz Sherazadishvili logró, tres años después de ceñirse en Bakú su primera corona universal, su segundo título de campeón del mundo en la categoría de hasta 90 kilos, tras imponerse este jueves por "ippon" al uzbeko Davlat Bobonov en la final de los Mundiales que se disputan en Budapest.
Sherazadishvili, de 25 años, hizo valer su condición de número uno de la clasificación mundial en un intenso combate que no se resolvió a favor del español hasta la técnica de oro.
Un auténtico cara y cruz al que Nikoloz llegó con la amenaza de los dos "shidos" -penalizaciones- que figuraban en su marcador y que no dejaban al español ningún margen de error.
Pero ni así dejó Sherazadishvili de llevar la iniciativa. Una ambición que se vio premiada tras casi seis minutos de combate con el "ippon" que le permitió coronarse por segunda vez campeón del mundo.
Triunfo que culminó la sensacional actuación del judoca español en la capital magiar, donde Sherazadishvili se impuso por "ippon" en todos sus combates.
Una contundencia no exenta de dificultades, ya que si en su primer combate Nikoloz se benefició de los tres "shidos" con los que fue penalizado el kirguís Faruch Bulekulov, en el segundo tuvo que espera a tres segundos para la conclusión para sumar el "ippon" que le otorgó el triunfo sobre el polaco Piotr Kuczera.
La siguiente "víctima" de Nikoloz Sherazadishvili fue el mongol Altanbagana Gantulga al que el español se impuso con una acción que pese a que en un primer momento los jueces puntuaron con un "waza-ari", tras revisar las imágenes de video fue finalmente premiada con un "ippon".
El mismo resultado por el que el pupilo de Quino Ruiz se aseguró su presencia en la gran final, tras imponerse al japonés Kenta Nagasawa, bronce en los Mundiales de Bakú 2018.
Pero es que nadie pudo detener en la capital magiar al pupilo de Quino Ruiz, subcampeón del mundo en el año 1991 y que no pudo contener las lagrimas tras el triunfo de Nikoloz, al que entrena desde que llegó a España con 13 años desde su Georgia natal.
Por no poder, no ha podido con Nikoloz Sherazadishvili ni el coronavirus, que obligó al judoca español a parar unas semanas durante el pasado mes de mayo, tras dar positivo en un control.
Una circunstancia que no impidió al judoca español ceñirse su segunda corona mundial en los últimos tres años, un título que ratificó la condición de Nikoloz como el máximo favorito para colgarse el oro en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
Cita a la que el judo español llegará pletórico de moral tras sumar, hasta el momento, un total de cuatro medallas en los Mundiales de Budapest en donde además del oro logrado este jueves por Sherazadishvili, el conjunto español suma una plata, la conquistada por Ana Pérez Box en la categoría de hasta 52 kilos, y dos bronces, los cosechados por Fran Garrigós, en -60 kilos, y Julia Figueroa, en -48 kilos.