"La caza se está volviendo menos tradicional y más deportiva"

David Hernando Rioja
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El secretario general de la Federación de Caza de La Rioja, Alberto Gil Albert, habla sobre los problemas actuales de la caza, el bajo número de licencias y la situación que existe ahora con los ataques de lobo

El secretario general de la Federación de Caza, Alberto Gil Albert - Foto: Óscar Solorzano

La Rioja tiene una Federación de Caza que en diciembre de 2023 contaba con 14.083 cazadores. Esta cifra ha aumentado un poco en comparación con el año pasado, con 14.062 cazadores.

Su secretario general, Alberto Gil Albert, indica que la situación de la actividad de caza se ha deteriorado mucho en los últimos 10 años. El cambio climático, asegura, tiene una gran influencia en esto, ya que «tradicionalmente en La Rioja se ha cazado especies como la perdiz, la liebre, incluso el conejo, que han sufrido un retroceso poblacional. Eso también afecta a las licencias de caza por cuanto que tradicionalmente, la caza se ha ejercido sobre esas especies».

Otro factor clave en este asunto es el deterioro del habitat. «La actividad de la agricultura ha cambiado y se ha modernizado mucho, lo que supone que los espacios naturales tengan menor calidad», explica.

Además, el cambio generacional es otro de los motivos que ha provocado esta situación porque «cada vez hay más gente mayor de 50 años que va dejando la caza por una cuestión de edad. Eso se nota mucho, ya que cada vez hay menos gente joven que se incorpora a esta actividad».

La razón por la que cada vez hay menos cazadores jóvenes es que «la caza es y ha sido, aunque cada vez menos, una actividad tradicional». «Eso quiere decir que los padres transmiten la actividad y la afición a sus hijos, pero eso cada vez pasa menos porque la caza es una actividad que se está volviendo menos tradicional y más deportiva», argumenta.

A pesar de esto, recuerda que sigue habiendo joven vinculada a esta actividad que suele pertenecer a poblaciones pequeñas de economía agrícola.

Aparte, Gil Albert informa que el descenso de licencias de caza ha sido generalizado en España aunque «si se compara entre las licencias de caza y las licencias federativas de caza, la proporción de descenso es inferior en las segundas». «Hemos tenido un descenso pero no tan trascendente como en el caso de las licencias de caza. La reducción en los últimos cinco años ronda el 5% las licencias federativas», detalla.

El motivo de que las licencias deportivas no hayan disminuido tanto es que «la federación cuenta con disciplinas deportivas que son de caza pero no son técnicamente de caza, es decir, no es precisa la utilización de licencia de caza». Algunas de estas son el agility, que es la disciplina de circuitos con perros; el compak sporting, que es una disciplina de tiro al plato, y otra disciplina como el tiro con carabina de aire.

Reclamaciones. Alberto Gil Albert afirma que las relaciones con las administración publica tienen «buena salud» y existe una comunicación «fluida». Aunque si que han recordado algunas de las reclamaciones que tienen pendientes con ellos.

Asegura que la petición más importante para ellos es la elaboración y publicación del reglamento de la ley de caza de La Rioja, «que está todavía sin aplicarse porque no existe». «Hemos tenido reuniones frecuentes porque parece que debe publicarse pronto pero exige trabajo», apunta.

También solicita que la ley de Protección Animal en La Rioja debe contemplar la actividad de los perros y los hurones como animales de actividad para la caza; y la firma del  convenio de colaboración con el Gobierno de La Rioja, «que se firma cada cuatro años pero todavía estamos a la espera».

Otro de los temas polémicos que hay en La Rioja es la caza del lobo. Este secreatrio general explica que el  lobo no es una especie cinegética, así que «a lo único que puede afectar como actividad cinegética es la caza de gestión del lobo». Aunque la realización de una  caza de gestión depende de que se cambie la calificación de protección, «un hecho que no depende de La Rioja ni del Gobierno de España».

Ademas, subraya que lo más trascendente es el daño que causa a los ganaderos, ya que «eso es un problema serio y una realidad». «Los cazadores estamos dispuestos a ayudar pero estamos sometidos a una reglamentación casi a nivel europeo», comenta.

«Hay que tener la posibilidad legal de ejercer esa caza de gestión en los lugares donde hay problemas con la ganadería. Si hay un problema debe atajarse», concluye Gil Albert.