La Villa de Madrid acogerá una vinoteca y respetará la fachada

R. Muro
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Situado en la confluencia de Sagasta con Portales, el proyecto trasladado al Ayuntamiento conserva los elementos externos del antiguo establecimiento textil, visiblemente dañados

Fachada de La Villa de Madrid, visiblemente deteriorada, en la calle Portales de Logroño - Foto: Óscar Solorzano

El establecimiento textil La Villa de Madrid se erigió durante décadas en un emblema de la entonces comercial calle Portales de la capital riojana. En unos meses, el popular local que aun conserva su fachada y su cartelería original, se convertirá en una vinoteca. Pocos datos han transcendido del proyecto presentado en el Ayuntamiento de Logroño más allá de que «respetará la fachada» conservando así una imagen que es ya parte de la iconografía de la capital en general, y de una calle portales sumida de lleno en el ocio. Un  nuevo establecimiento comercial, próximo a un concepto de ocio pero que huye de la batalla habitual de las noches de fin de semana. 

La iniciativa cuenta ya con la correspondiente licencia de obra municipal y ya se aprecian los primeros movimientos en el mítico local situado en la esquina de las calles Sagasta y Portales, justo enfrente de una heladería y de una tienda de golosinas.

La Villa de Madrid cerró sus puertas en 2016 después de que un año antes su máximo responsable falleciera tras ser atropellado en la confluencia de la céntrica Gran Vía con la calle Lardero. Tenía 60 años. 

Desde su clausura, tanto la fachada de La Villa de Madrid como su interior han supuesto un continuo grito de socorro, sordo durante ocho años. Deteriorado por dentro y por fuera, sus cerca de diez años a merced de pintadas y daños varios proyectaban la pérdida de una seña de identidad de Logroño, otra más, y de un casco antiguo que cada mañana levantaba la persiana de numerosos comercios, muchos de ellos, de toda la vida.

«Hace ya bastante tiempo que el local se vendió a particulares a modo de inversión», detallan desde Solozábal, la inmobiliaria que gestionó su venta y cuyos carteles acompañan aún a las pintadas y daños de la fachada en una esquina esencialmente comercial allá por el Logroño de la década de 1920.

El proyecto de vinoteca trasladado a la Casa Consistorial llega de esta forma con el alivio de preservar su imagen, cambiando los vinos por vestidos y atuendos, pero respetando una seña de identidad, como quiere el Ayuntamiento. 

Un respiro en  los despachos consistoriales

El Ayuntamiento de la capital riojana trabaja en la redacción de un catálogo que reúna locales de establecimientos comerciales y rótulos que, de alguna forma, marcaron, y algunos continúan marcando, la historia de la ciudad. Una estrategia para elevarlos a nivel de patrimonio digno de conservar.  

A finales del pasado mes de febrero, Íñigo López Araquistain declaraba a El Día de La Rioja que «muchas fachadas y rótulos comerciales se han perdido en los últimos años porque no tienen ninguna protección y eso nos preocupa bastante; antes de que siga ocurriendo, queremos protegerlos». Sin haber aprobado aún una norma que evite la destrucción de escaparates de ciudad, el proyecto supone un respiro en los despachos consistoriales al reflejar un firme compromiso por mantener su imagen, su rótulo y dar más vida al casco antiguo.