La Rioja pierde el reto demográfico frente a la ribera Navarra

R. Muro
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Fitero, Cintruénigo o Corella ganan vida ante la caída de población en el Alhama. La estepa soriana alberga ya 45 grandes empresas a unos 40 kilómetros de Cervera. Valles como el Jubera se encuentran entre los más despoblados

Vista de Cervera, uno de los pueblos afectados por la despoblación - Foto: Ingrid

El reto demográfico plantea una urgente, interesante y complicada batalla en el ámbito de la Comunidad autónoma y no solo porque el medio rural sufra los coletazos de la despoblación año a año a favor de la capital y algunas cabeceras de comarca como Calahorra o Arnedo. También porque en otras como Santo Domingo de la Calzada, Torrecilla en Cameros o Haro ni siquiera logran retener habitantes. A todo ello se suma el potencial que año a año adquieren las fronterizas zonas de Ólvega en Soria, a poco más de 38 kilómetros de la comarca de Cervera del Río Alhama, y de la ribera Navarra, que acumula ya seis años añadiendo un nuevo récord a su censo poblacional. De hecho, los últimos datos hablan ya de casi cien mil personas afincadas a escasos kilómetros de La Rioja.

En medio de la estepa soriana asoma el polígono industrial de Ólvega, que cuenta ya con 45 empresas y atrae inversiones incluso de Miami. La zona presume de un paro residual y no hay casi vivienda disponible aunque la población se mantiene estable a lo largo de la última década. Desde una fábrica de frenos con quinientos empleados hasta otra de elaboración de pelotas de golf, el polígono de Ólvega lleva décadas atrayendo inversiones y erigiéndose en un motor económico en el marco de una provincia afectada también por la despoblación y que supone una competencia directa con su vecina riojana.

No es nuevo, a orillas del Ebro, el potencial de la ribera Navarra, pero no por ello deja de constituir similar competencia para los intereses poblacionales de La Rioja. David Antón, geólogo, historiador y miembro de la Asociación Rioxa Nostra, aprecia «una serie de sinergias en localidades como Cintruénigo, Corella o Fitero» que las convierten en «un centro neurálgico en el que hay vida». Dicho de otra forma, «se actúa en zonas limítrofes y no en La Rioja», asevera.

Recorre los pueblos de la Comunidad de este a oeste y de norte a sur y más allá de los datos censales que proyecta el INE constata «la vida» y el movimiento que se genera en diferentes localidades. Ve extremadamente afectados por la despoblación los valles del Alhama y del Jubera que «se encuentran entre las zonas más afectadas de España». Una tendencia a la baja constante más allá del valle que se mantiene a lo largo de décadas y que se manifestó con mayor virulencia en los años setenta y ochenta, describe Antón. 

La radiografía de La Rioja refleja, por tanto, varias zonas que «se encuentran fuera de cobertura», y no se refiere el historiador a infraestruucturas de telefonía móvil sino a «la necesidad de que las cabeceras de comarca puedan sostener en servicios a los pueblos y aldeas de la comarca». En cualquier caso, se trata de «una reversión difícil» que en principio, debiera enfocarse «hacia políticas dirigidas a la retención de población y a generar y mantener los servicios básicos». Según sus propios datos, municipios como Igea, Cervera del río Alhama, Aguilar o Cornago «han perdido el 30% de su población en los últimos 25 años».

A las evidnetes causas de carácter económico, se suman otras como el deterioro del patrimonio del medio rural, una situación que choca frontalmente con el fomento del turismo. La escasez de opciones laborales constituye otro de los pilares que sustentan la pérdida de población. Y ve clave la planificación de una mayor oferta socio cultural. Es decir, que en los municipios «haya oferta deportiva y cultural». 

Comunicaciones. Tampoco las comunicaciones por carretera cuentan, a juicio de David Antón, con el beneplácito de los censos poblacionales. Recuerda el también responsable de Rioxa Nostra, que en Canales de la Sierra echan en falta la carretera intervalles, de la que se habló en su día, y que enlazaría el municipio con Ezcaray «y podría aprovechar todo el potencial turístico de la villa». También la conocida como carretera de Sagasta, que hubiera unido Torrecilla en Cameros con el valle de Pedroso, se quedó a medias. Y otras vías de mayor capacidad que llevan años planificadas como la autovía que unirá La Rioja con Burgos.

Entre las iniciativas que baraja el historiador figura la posibilidad de dotar a los bares del medio rural con el estatus de economía social, con todos los beneficios que implica. De la misma forma, aboga Antón por establecer una fiscalidad cero para los autónomos residentes en el medio rural y cuya actividad se desarrolle en la zona. «No se puede tributar igual en el medio rural que en las grandes ciudades». 

David Antón no alberga duda alguna de que La Rioja «ha reaccionado tarde y la reversión ahora es compleja después de que la gente salió en desbandada». Más aún teniendo en cuenta la edad de los habitantes del medio rural en zonas como el valle del Jubera o el Camero Viejo. Incluso considera «un milagro que pueblos de otras zonas como Ventrosa o Brieva de Cameros sigan vivos», señala.