Incertidumbre en el Banco de Alimentos: necesitan donaciones

David Hernando (Efe)
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El presidente del Banco de Alimentos de La Rioja, José Manuel Pascual, confiesa que "no está para tirar cohetes en cuanto a las existencias de alimentos, pero está funcionando y está entregándolos a las asociaciones sin ánimo de lucro previstas"

José Manuel Pascual-Salcedo, en el almacén del Banco de Alimentos. - Foto: Ingrid

"El Banco de Alimentos de La Rioja no está para tirar cohetes en cuanto a las existencias de alimentos que tiene, pero está funcionando y está entregándolos a las asociaciones sin ánimo de lucro previstas", aunque lo que más le preocupa es el futuro, ha asegurado a Efe su presidente, José Manuel Pascual.

"Ahora mismo la situación está cubierta, pero, de aquí a un tiempo, no se sabe qué va a pasar", ha añadido Pascual, quien ha avanzado que el Banco de Alimentos cerrará en agosto y durante julio está entregando lo que correspondería al mes siguiente, por lo que "estamos a tope".

Sus responsables prevén que, en los próximos meses, faltarán alimentos derivados de la leche y el trigo.

El Banco de Alimentos, ha indicado, cuenta con unos 40 o 50 voluntarios habituales, aunque "hay otros que son eventuales para las Operaciones Kilo y la Gran Recogida, entre otras acciones".

Algunos voluntarios están de vacaciones, por lo que "estamos justos, pero vamos saliendo adelante", aunque ha reconocido que les vendría bien estos días algún voluntario que hiciera de chófer.

"No buscamos un perfil de voluntario determinado", ya que "cualquiera nos viene bien, pero las personas jóvenes son muy interesantes y, de hecho, los colegios colaboran mucho ahora", ha subrayado.

Ha detallado que este Banco de Alimentos suele necesitar entre 1.500 y 2.000 voluntarios para la Gran Recogida, que, desde 2013, se suele celebrar a finales de noviembre en más de 80 establecimientos de alimentación de toda La Rioja.

Debido a la pandemia de la covid-19, la última Gran Recogida de 2021 fue "floja", dado que no se pidieron alimentos, sino la donación de dinero y se recogió casi un 40 % menos que en 2020, ha reconocido.

El Banco de Alimentos recaudó un total de 381.803 euros hace dos años, con los que pudo comprar 477.254 kilos de alimentos; mientras que en 2021 solo se adquirieron 167.306 kilos.

"Las personas dejaron claro que quieren donar alimentos, no dinero", según Pascual, por lo que se prevé, en la de este año, establecer un sistema mixto, en el que se pueda colaborar con alimentos o con una cantidad económica.

Otra de las actividades destacadas es la Operación Kilo, por la que se recogen alimentos en hipermercados, supermercados y establecimientos de alimentos, en los que los voluntarios explican a los clientes el objetivo de esta iniciativa y les invitan a ofrecer parte de su compra al Banco al Banco de Alimentos.

En 2021, segundo año de la pandemia de la covid-19, el Banco de Alimentos de La Rioja distribuyó 1,45 millones de kilogramos de alimentos a 79 entidades benéficas, que llegaron a 10.987 beneficiarios finales, con una ratio de 132,18 kilos por beneficiario.

Esos 1,45 millones de kilogramos de alimentos entregados superaron a los de 2020, que fueron 1,37; y 2019, cuando se alcanzaron los 1,35, lo que confirma, según el Banco de Alientos, que el crecimiento de su actividad ha sido especialmente significativo en la última década, dado que, en 2012, fue de 974.476 kilos.

Ello supone un aumento del 67,10 % en el periodo comprendido entre 2012 y 2021, según detalla la última memoria del Banco de Alimentos, que en este periodo ha repartido 12,5 millones de kilos de alimentos, por lo que es la entidad del tercer sector más significativa de La Rioja en el ámbito de la distribución de alimentos.

Además, el año pasado distribuyó alimentos al 3,23 % de la población total de La Rioja

El Banco de Alimentos de La Rioja es una Fundación sin ánimo de lucro que desarrolla su actividad de distribución de excedentes alimentarios procedentes de empresas y particulares en esta comunidad desde 2001, aunque su constitución formal se remonta a 1995.

Los voluntarios de esta fundación recogen, clasifican y almacenan los alimentos que reciben, con el fin de distribuirlos a través de entidades benéficas y asistenciales integradas en la Red de Entidades Asistenciales del Banco de Alimentos de La Rioja (Reabar), que son las que los hacen llegar a los beneficiarios finales.

Entre los beneficiarios finales figuran, sobre todo, ancianos, inmigrantes y familias con pocos recursos económicos.

Otro de sus objetivos es la lucha contra el desperdicio de alimentos, para lo que imparte charlas, sobre todo en los centros educativos, para concienciar sobre el aprovechamiento de los productos alimentarios.