"Mi salud se ha resentido pero la vida es un regalo"

David Hernando Rioja
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Carmen Pascual fue diagnosticada con cáncer de mama hace seis años. Tuvo cansancio, dolor de huesos, sequedad en los ojos y pérdida de olfato

La superviviente de cáncer de mama Carmen Pascual posa en las instalaciones de la AECC en La Rioja - Foto: Óscar Solorzano

«El cáncer es malo pero también es un maestro. Aprendes que tienes el día de hoy, ya que el mañana no lo tenemos nadie porque esto le puede pasar a cualquiera, y además, te enseña a discernir lo que es importante y lo que es un accesorio». Esta es la enseñanza que transmite la superviviente del cáncer de mama, Carmen Pascual, natural de Málaga pero afincada en Logroño.

Cuenta que le diagnosticaron esta enfermedad hace seis años, justo después de sus vacaciones en el año 2016 . Se notó dos bultos, uno en cada pecho, y por eso creyó que sería normal y no pensó que tenía un problema. De todas formas, recuerda que se hacia revisiones todos los años, incluso cada seis meses porque «tenía una mama poliquística, de esa que es densa y difícil de ver».

El primer problema fue que el tumor  no se vio en la mamografía, sino que lo vio el ecógrafo, por lo que «si no me llegan a hacer una ecografía yo no estoy aquí». Recuerda que el médico le dijo que le tenía que hacer una biopsia, momento en el que tuvo miedo porque «mi padre falleció por un cáncer de próstata con una edad parecida a la que tenia yo en ese momento».

El tratamiento que le administraron los médicos fueron 16 sesiones de quimioterapia desde noviembre o diciembre del 2016 hasta mayo del 2017, para después operarla. Esta malagueña tuvo una reacción alérgica durante la operación, lo que obligó a retrasar el proceso otros dos meses, aunque «finalmente me limpiaron en el quirófano, no me quitaron la mama y una vez recuperada de la cirugía, empecé con la radioterapia, así que el proceso duró un año prácticamente».

Una vez operada, el siguiente fase del tratamiento fue empezar a tomar tamoxifeno, un medicamento que tiene como finalidad disminuir considerablemente la probabilidad de que se produzca una reincidencia del tumor. La parte negativa es que tiene varios efectos secundarios.

Pascual recuerda que engordó 25 kilos, se cansaba mucho, y además, le ha dejado bastantes secuelas, como neuropatias en los pies y en las manos, sequedad en los ojos, ausencia de parte de su olfato o dolores de huesos, entre otros.

Aparte de secuelas físicas, el cáncer de mama provoca que los afectados puedan tener problemas en su vida personal. En este caso, esta andaluza perdió su trabajo porque el cáncer no le permitió ir, y más adelante a la que era su pareja en aquel entonces.

Hubo un momento en el que Pascual vio que tenía dos opciones muy dispares, «la primera era meterme en la cama a llorar y la segunda era seguir hacia adelante y hacerse más fuerte. Escogí la segunda». Recuerda que cuando dejó de tomar el tamoxifeno hace un año empezó a ir al gimnasio y a hacer senderismo. «No soy la misma que antes de que me diagnosticaran cáncer pero me siento mucho mejor que hace un año y me veo bien», subraya.

Por todo esto, ha querido mandar un mensaje a otras personas que puedan o estén pasando por esta situación. «He perdido mi trabajo, mi salud se ha resentido y he perdido mi pareja, pero me tengo a mí y tengo la fortaleza de saber que la vida es un regalo. Hay personas magnificas que la vida te pone delante y otra que no vale la pena. A mi me parece una experiencia muy dura pero al mismo tiempo gratificante», afirma.

Colaboración. Por otro lado, Pascual agradece mucho la labor que realiza la asociación contra el cáncer en La Rioja. Recuerda que ella, a pesar de ser malagueña, vivía en Canarias cuando le ocurrió todo esto. Llegó a Logroño con el pelo corto y «muy bajita» de físico, de ánimo y de todo.

Tuvo la suerte de conectar enseguida con las personas de la asociación, «especialmente con Belinda, que es pura positividad». En general, destaca que todas las personas de la asociación le ayudaron, con las que hacía talleres de autoayuda y de volver a quererse.

Este buen recibimiento motivó que esta logroñesa de acogida apoyara y fuera voluntaria en muchas de las actividades que la asociación iba organizando. Algunas de estas fueron la carrera de la mujer o campañas en favor de la lucha contra el cáncer de mama o de colon.