Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Aparece el voto útil

23/05/2023

Con la primera semana de la campaña electoral centrada en la polémica sobre las listas de EH- Bildu y la presencia en ellas de cuarenta y cuatro condenados por delitos de terrorismo con la pena cumplida no había aparecido otro de los ítems más populares en los momentos previos a la apertura de las urnas, el llamamiento al voto útil. Lo ha puesto en circulación en Valencia, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para pedir el voto a sus candidaturas sobre todo en aquellos lugares en los que el gobierno autonómico y municipal se puede decidir por un puñado de votos, en su saco están ya casi todos los de Ciudadanos y busca los de Voz y los de los desencantados del PSOE. El PP necesita de ese "voto útil" si no quiere depender de la ultraderecha para arrebatar los gobiernos al PSOE allí donde gobierna solo o en coalición con otros partidos de izquierdas.

Que a menos de una semana para la cita con las urnas aún se mantengan las mismas incógnitas que al comienzo de la campaña electoral –y de la precampaña, y de las semanas anteriores- significa que la sucesión de mítines, de las polémicas políticas que se alejan de los intereses ciudadanos más perentorios, y la sucesión de anuncios gubernamentales para ganarse el favor de la ciudadanía no acaban de mover el ánimo de los votantes sin que haya certeza de que el PP pueda recuperar el poder territorial que perdió en 2019 como consecuencia de los casos de corrupción que se encontraban en los juzgados, ni que el escudo social le vaya a servir al PSOE para detener las flechas que le lanzan desde la derecha, porque pesa mucho su política de alianzas.

Además del voto cuantitativo de las municipales que servirá para hacerse una idea sobre la potencia de cada formación política, matizada porque en las elecciones de proximidad los candidatos y los partidos locales tiene un efecto distorsionador, las elecciones territoriales tendrán un impacto decisivo en el estado de ánimo de todas las formaciones para afrontar la segunda vuelta en el mes de diciembre con las elecciones generales. O sea, que lo que se dilucida es si el PSOE aguanta, si el PP recupera terreno, si la propuesta de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, es capaz de situarse como tercera fuerza política, si Podemos entra en las quinielas en la comunidad de Madrid y de Valencia con posibilidad de impedir que el PP solo o en compañía de Vox logre la mayoría absoluta y si la ultraderecha exige de verdad, entrar en los gobiernos donde sus votos sean necesarios para "derogar el sanchismo".

En una situación de tanta igualdad la gran incógnita es si el líder del PP mantendrá su palabra de gobernar donde ganen y de no hacerlo donde no sean la primera fuerza política. Uno de sus barones de confianza, el presidente de Murcia., Fernando López Miras, lo ha vuelto a formular de forma diferente: "No voy a gobernar en coalición con Vox. Las coaliciones son un engaño". En esas posiciones de firmeza y de negar los pactos con la ultraderecha, el PP juega con la ventaja de saber que Vox nunca va a facilitar gobiernos progresistas y que su única opción es facilitar que mande el PP y apoyar desde fuera, aunque alguna vez se rebelen como han hecho en Madrid al no aprobar los presupuestos a Díaz Ayuso. Lo que es una evidencia es que el PSOE buscará el pacto allí dónde lo necesiten, sin ningún género de dudas.