El equilibrio entre modestos

Diego Izco
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El líder empata en casa del colista mereciendo perder: las diferencias solo se dejan notar si hay 'gigantes' de por medio. El Athletic, la china en el zapato de esos 'grandes', se lleva el vibrante 188º derbi vasco

El equilibrio entre modestos - Foto: Carlos Barba

El Almería es el equipo 37º en la clasificación histórica de Primera División, con apenas ocho temporadas y un promedio de nueve victorias por curso; el Girona es el 43º, con cuatro campañas entre los más grandes y un promedio de casi 13 victorias porque este año ha subido como la espuma  (15 de las 51 totales pertenecen a la 23/24). Dos modestos con más años de pelea en el barro de la Segunda, la extinta Segunda B, barrizales y fútbol pequeño, que este fin de semana se encontraban como colista sin victorias y sorprendente colíder, y que firmaron un 0-0 en el que los andaluces merecieron sobradamente el primer triunfo de la temporada. El fútbol, a pesar de la distancia entre puntos, nos recuerda que el equilibrio en la élite es máximo… siempre que no esté un 'gigante' de por medio. Estaban 'liados' en la Supercopa, ocupando sus muchos millones de presupuesto y sus inmensas plantillas en algo muy alejado de lo que Almería y Girona han conocido durante toda su vida. 

En forma

Ernesto Valverde, que precisamente abandonó ese 'circo' de los 'grandes' después de una derrota en una Supercopa de España, estaba tranquilamente con sus bicicletas y sus cámaras fotográficas hasta que el Athletic llamó a su puerta. Pidió dos o tres años de trabajo para conformar un proyecto que, este año, está volando sobre LaLiga. Nadie es más intenso. Nadie parece correr más. Nadie recupera tantos balones. Nadie asfixia tanto al rival… si acaso, la Real Sociedad de los primeros meses de competición. Pero este fin de semana, en el 188º choque oficial entre ambos, el Athletic del 'exretirado' 'Txingurri' se llevó el triunfo y en Bilbao cada vez es más gorda la semilla de un regreso triunfal a la Champions.

Cuesta abajo

En las antípodas de lo que es el cuadro vasco se encuentra el Sevilla. El 2-3 ante el Alavés es una piedra más... y, si quiere salir de ahí abajo, tendrá que levantar unas cuantas. De momento, le salva que los tres del descenso no levantan las suyas ni a tiros.