La guerra de la patronal conduce a la huelga al transporte

Feli Agustín
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«No nos dejan otro remedio; es un juego de tronos», aseguran los sindicatos, una vez que el intento de mediación en la Inspección concluyera en fracaso por el conflicto de empresas

Camiones se manifiestan en Logroño en la huelga de mayo de 2022. - Foto: Óscar Solorzano

Un auténtico fracaso. Así, y con un recrudecimiento del enfrentamiento que mantienen las asociaciones empresariales, concluyó ayer el último intento de tratar de evitar la huelga del transporte, prevista desde la medianoche del lunes. La mediación realizada en la Inspección de Trabajo contó con la presencia de los cuatro sindicatos  convocantes, CCOO, UGT, USO y CSIF, y las asociaciones que aglutinan al sector, CETM, Atradis, que pertenece a la FER, también presente en representación de las firmas de paquetería, que tras tres horas de encuentro no lograron desbloquear una situación generada por el conflicto en el seno de la patronal.

 «Esto es un juego de tronos;no nos dejan otro remedio», lamenta Nuria Vicente, de Comisiones Obreras, que explicaba que la convocatoria de huelga sigue adelante ante la falta de interés de la patronal por una «negociación real» y  ofrecer seguridad jurídica de los años 2016-2020, convenio que fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR) tras una demande de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), que entendía que  no se ajustaba a lo legalmente establecido en materia de representación patronal.

La portavoz sindical, cuyas organizaciones defienden una postura unánime, asegura que CETM no quiere negociar entre 2016 y 2020,  y Atradis es «ambigua» en su posición, sin aceptar ninguna de las propuestas que plantean los representantes de los trabajadores.  «Las patronales siguen  enrocadas y discutidas, y nos hemos ido como hemos venido», se quejaba la secretaria general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO, que reitera que el  conflicto no es consecuencia de un enfrentamiento entre trabajadores y empresas, sino del conflicto encarnizado entre estas. «Es un problema de poder y lo están pagando los trabajadores», insiste Vicente, que recuerda que la anulación les «ha dejado sin convenio, porque no existe», y les devuelve a la situación legal de 2015.

La patronal. Atradis, que no quiso realizar ayer declaraciones, se remitió al comunicado que remitió el martes en el que se comprometía a no rebajar los salarios del convenio de 2020 y se mostraba abierta a negociar, al tiempo que  afirmaba que este problema es ajeno a su voluntad. 

«Los que lo han creado son los verdaderos responsables», aseguraba el presidente de la asociación de la FER, Santiago Gutiérrez, que afirmaba que «en ningún caso» se van a bajar los salarios. Se mostraba decidido a firmar un nuevo convenio, siempre que sea un documento de «eficacia general» y otorgue seguridad jurídica para que se aplique «a todo el mundo sin excepción».

Por su parte, Javier Cámara, secretario de CETM, relataba que tras la mediación de ayer había «quedado clara la voluntad, el interés y la disposición» de su organización a negociar un nuevo convenio. Al respecto, desmenuzaba que habían propuesto la elaboración de un nuevo pacto, que podría asentarse sobre la base del convenio anulado, partiendo de las bases salariales de las del 2020 «para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo».

«A lo que no nos comprometemos, como es lógico, es a dar por bueno al convenio anulado», indicaba Cámara, responsable de una asociación que recurrió la validez de dicho convenio y ofrece negociar otro con validez desde 2021.

Desde CETM, que cuenta entre sus socios a las grandes del sector, Grupo Arnedo y Transáez, culpan del bloqueo a Atradis que, según Cámara, dejó ayer patente «su falta de ganas por negociar» y de sentarse en la misma mesa con ellos.

Relata que los sindicatos solicitaron a la asociación de la FER que mantuviera las condiciones del convenio anulado, «dejándolo extraestatutario para los firmantes», algo a lo que se negó, un rechazo que, a su parecer, constata «su falta de voluntad» por negociar. «Únicamente señalan que hace 40 años que llevan la negociación del convenio riojano, y tal vez hay que plantearse que llevan 40 años negociando mal», apunta Cámara, que estima que esta circunstancia no supone ningún argumento de defensa en el actual contexto.

El secretario de CETM, asociación que se sintió «ninguneada»  por Atradis en la firma del anterior convenio, no espera un seguimiento masivo de una huelga, que están llamados a secundar 2.500 trabajadores, una perspectiva diferente a la que manejan los sindicatos, que han convocado una asamblea mañana, a las 10.30, en la sede de Comisiones.