6 de cada 10 agricultores no tiene señal móvil en sus tierras

R. Muro
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El proyecto RADS apunta a la falta de cobertura como uno de los principales frenos para implementar tecnología

Un grupo de trabajadores recoge verdura en una explotación de Rioja Baja. - Foto: Óscar Solorzano

Seis de cada diez agricultores riojanos no disponen de una cobertura móvil «fiable» en su explotación agraria. Así lo constata el exhaustivo diagnóstico RADS (Rurales, Agrarios, Digitales, Sostenibles) elaborado este mismo año por la central agraria Arag-Asaja y la Agrupación Empresarial Innovadora del sector TIC (Aertic) vinculada a la Federación de Empresas (FER). El estudio, realizado sobre un total de 203 encuestas a agricultores riojanos de diferentes municipios, señala esta falta de cobertura móvil como un freno para la tecnificación del campo «ya que sinella, no se pueden utilizar correctamente los sistemas GPS ni la agricultura de precisión». 

El informe, realizado este mismo año, traza un diagnóstico de la situación actual del agro riojano en cuanto al desarrollo de tecnología bajo premisas dirigidas al ahorro de costes, la sostenibilidad y la eficiencia económica. Todo ello a través de la implementación tecnológica. 

Ahora bien, otro de los datos que proyecta el informe señala que ocho de cada diez encuestados son conscientes de que el futuro del campo está en la digitalización si bien, solo tres de cada diez se muestran dispuestos a dar el paso hacia una mayor formación o a asumir los costes que generaría la adaptación a las nuevas tecnologías. Un aspecto en el que entra en juego, como factor decisivo, el hecho de que la edad media de los propietarios de tierras en el ámbito de la Comunidad autónoma es de 59 años, y 51 la de los encuestados.

La tan actual analítica de datos a través de Inteligencia Artificial es actualmente, ajena al agro. Es decir, ninguno de los agricultores encuestados hace uso de esta tecnología y algo más de un 16% le ve utilidad de cara al futuro. El resto le ve poca o nada. Entre los obstáculos señalados por éstos últimos surgen con fuerza el desconocimiento, la falta de formación y la ecuación coste-rentabilidad.

De hecho, entre las conclusiones del informe, la necesidad de una mayor formación ocupa los primeros puestos. 

La viña, menos tecnificada que los cultivos extensivos 

Aunque en un principio sorprende, el informe revela que el viñedo está actualmente menos tecnificado que los cultivos extensivos. En este sentido, Igor Fonseca, secretario general de Arag, señala las dificultades para implementar tecnología en viñas situadas en laderas o que disponen de difícil acceso. Ahora bien, «la tecnología va penetrando en grandes viñedos pertenecientes fundamentalmente a grandes bodegas». 

«La tecnología va a llegar»

El proyecto RADS cierra el diagnóstico tecnológico del campo riojano con un informe DAFO en el que traza la situación actual y futura del sector. Entre las debilidades, el informe apunta al elevado número de explotaciones agrarias pequeñas en propiedad de agricultores ya de cierta edad y al mismo tiempo hay muy pocos agricultores con formación amplia en digitalización. A ello se suma, siempre en base al diagnóstico, la cantidad de información que se genera en este sentido y no encuentra el canal adecuado para llegar al agro riojano. También destaca la falta de cobertura en las tierras y una robusta reticencia al cambio. Por su parte, como amenaza, figura, entre otras, la baja rentabilidad. 

En el lado opuesto, como fortalezas, aparece una profunda concienciación de avanzar hacia una digitalización y una agricultura de precisión corroborada como rentable por quienes la han aplicado. 

Cuanta a favor la utilización media-alta de herramientas de digitalización básicas y más comunes además de las infraestructuras que disponen algunos municipios de la Comunidad autónoma.

También suma puntos a favor, tal y como recoge el proyecto Rurales, Agrarios, Digitales, Sostenibles, que una vez que el agricultor se sumerge en procesos de digitalización, las barreras disminuyen. 

Por último, el capítulo de oportunidades parte del hecho de que «la tecnología va a llegar, es inevitable». De hecho, a medio plazo, Europa obligará a las explotaciones a digitalizarse y realizar agricultura de precisión. 

Por otro lado, apunta también el apartado de oportunidades que «la digitalización optimiza los recursos,y con el cambio climático es necesaria una excelente gestión».

En cuanto a la barrera de los costes de inversión en tecnología, el proyecto RADS señala la existencia de «herramientas digitales básicas y medias de coste nulo o muy asequibles». 

Todo ello bajo una perspectica de escasa penetración tecnológica en un sector que mira al un futuro más tecnificado.