Con más de 22 años de experiencia en los Bomberos de Logroño, Alfredo Bazo Bustillo lleva los últimos cuatro como director general de Extinción de Incendios y Salvamento. Ingeniero técnico industrial, entró al servicio como técnico en prevención de incendios y «poco a poco» aprendió un oficio para el que la especialización «se hace con tiempo de trabajo, con la experiencia del día a día».

«Además tenemos que actualizarnos constantemente, por ejemplo, con los nuevos combustibles de los vehículos, aunque con internet y la posibilidad de hacer formaciones externas es muy fácil incorporar cualquier novedad y estar al tanto, viendo también cómo actúan otros parques», indica.

Actualmente tiene a su cargo una plantilla de 69 efectivos, entre personal administrativo y operativo. En cada turno hay entre 8 y 11 bomberos, con otros 5 de guardia localizada disponibles en caso necesario. Reconoce que «la plantilla está bastante envejecida, lo que provoca más bajas», y apremia la renovación, que se hace paulatinamente, «pero en los próximos años habrá muchas jubilaciones, también de mandos».

Alfredo Bazo, en el garaje del parque de Bomberos de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

Los equipos «resuelven las intervenciones o se preparan para hacerlo, bien con formación, repasando o elaborando procedimientos, revisando vehículos o material. El día a día implica cambiar continuamente de actividad o tener la cabeza en muchas cosas y cada uno en su ámbito saca el trabajo». Su función al frente del Parque es diferente. Debe coordinar los trabajos y realizar tareas administrativas de compras, contratos o gestión del personal.

Cada día más, la labor principal son salvamentos y rescates: «como accidentes de tráfico, personas mayores que enferman y están solas en su vivienda, fuegos en cocinas por descuidos... La profesión evoluciona como lo hace la sociedad, ahora los incendios suelen ser más al aire libre por el cambio climático y la sequía, que hacen que se propaguen más rápidamente o provocan episodios meteorológicos extremos de lluvias torrenciales o granizadas».