Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Los otros socios de Feijóo

22/06/2023

Junto al que aparece como su adversario natural y socio necesario en su espectro político para la consecución de mayor poder territorial, VOX, y a la espera de como se resuelven los pactos en Extremadura, Murcia y Baleares, hay otras tres comunidades autónomas en las que los populares han logrado acuerdos con partidos regionalistas de mayor o menor intensidad que le son menos gravosos que el alcanzado en la Comunidad Valenciana con la extrema derecha. En Canarias, Aragón y Cantabria ya ha gobernado con los partidos que ahora le van a dar su apoyo o su abstención aunque en otras ocasiones las relaciones entre ellos fueron tormentosas.

La razón de aquellos enfrentamientos es preciso buscarlas en los intentos de fagocitarlos por parte del PP de esos partidos menores, situados en su momento en el espectro del centro derecha con preocupaciones regionalistas para conseguir mejores resultados para su territorio, de los que el PP consideraba que podían cobijarse bajo sus alas, abandonar las veleidades que podían acercarles a los partidos nacionalistas de las comunidades históricas y dejar de dividir el voto. La reacción del Partido Regionalista de Cantabria y del Partido Aragonés Regionalista, fue la de acentuar sus señas de identidad y marcar distancias con los populares. Ahora la situación ha vuelto a cambiar, y los partidos regionalistas se han aproximado nuevamente al PP en ambos casos para impedir que Vox condicione la formación de los gobiernos autonómicos. 

El caso de Canarias es bien distinto porque entre el PP y Coalición Canaria se ha dado una entente habitual y han gobernado juntos hasta en cuatro ocasiones, aunque en este caso ha sido el PP el que ha servido de sustento a un gobierno encabezado por un nacionalista canario, Fernando Clavijo, que contará con el apoyo de dos pequeños partidos isleños. Un pacto de perdedores en el que no van a dejar gobernar a la lista más votada, la del PSOE. En este caso, ambos partidos están tan asentados que no existirán tentaciones de asimilación por parte de los populares.

El presidente de Cantabria en funciones, Miguel Ángel Revilla, ya sabe bien lo que es la convivencia  con el PP, dado que fue vicepresidente del gobierno autonómico con ese partido. Su decisión de evitar la entrada de Vox en el gobierno cántabro es loable y es el ejemplo que pide el líder del PP; Alberto Núñez Feijóo al PSOE: si no se quiere tener en el gobierno de la nación a la ultraderecha, que se abstenga y deje gobernar a la lista más votada. Las consecuencias de esa decisión de Revilla quizá aboquen a su partido a una larga travesía del desierto, si se confirma la teoría del voto útil.

Otro tanto le ha ocurrido al PAR que como partido regionalista siempre ha tratado de obtener réditos de su cercanía al poder. Los regionalistas aragoneses; sin embargo, han perdido dos tercios de su representación y se han quedado con un solo diputado, superados incluso por Existe, que ha conseguido tres escaños por Teruel, dispuesto  vender caro su apoyo o su abstención  A estas dos formaciones corteja el candidato popular, Jorge Azcón, para gobernar en solitario -veintiocho más cuatro escaños- a dos de la mayoría absoluta, para lo que necesita la abstención de los siete diputados de Vox, que sigue siendo el elefante en la habitación.