Elvis is my dad!! (¡Elvis es mi papá!)

Javier Alfaro P.
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Padres y profesores del CEIP Duquesa de la Victoria desarrollan una representación teatral de final de curso íntegramente en inglés para una entusiasmada comunidad educativa

Hasta una docena de padres, con la profesora Alice como coordinadora (con peluca rubia), forman parte de la representación teatral del Duquesa. - Foto: Óscar Solorzano

No es la típica representación de fin de curso. Ayer padres, madres y profesores se convirtieron en personajes de una obra de teatro y, además, lo hicieron íntegramente en inglés, en el salón de actos del Instituto Hermanos D'Elhúyar, en Logroño.

Así es la iniciativa puesta en marcha hace doce años por Alicia Vicario Herce o, mejor dicho, 'Alice, the teacher' como la conocen varias generaciones del alumnado del Colegio público de Educación Infantil y Primaria Duquesa de la Victoria de Logroño. «Yo desarrollo mis clases íntegramente en inglés, además, utilizo una metodología muy basada en la interacción, el humor y en sorprender y asombrar a los chavales, que utilizamos también en esta actividad. Creo que con risa y humor se aprende mejor». 

Para llegar al guión final se necesita un trabajo previo importante. «A mí me gusta mucho Mister Bean, Muchachada Nui y Martes y 13, con esas ideas tan visuales y llamativas, y adaptando al tema cultural del año creo la idea de la obra. El año pasado fue el circo y era fácil, pero este año es la música rock & roll de Elvis o AC/DC, que es más complicada a estas edades. Por lo tanto, tiene que ser muy visual y disparatado, como tocar la guitarra con una pata de jamón de plástico, para que lo entiendan desde los más pequeños hasta los mayores, y con muchísima interacción para mantener la atención», asegura Alice.

Para poder hacer guión, estructura y coordinarlo todo, ella es la primera que se tiene que informar, documentar y versar, «así que he aprendido mucho del rock and roll y de Elvis Presley, y también es importante que todo lo que yo aprendo se pueda trasladar a los chavales de forma didáctica».

Esta iniciativa, «al inicio empezó de una forma más humilde, para Infantil y primer ciclo de Primaria, y poco a poco la ampliamos, con la participación de más padres y profesores, hasta que desde el año pasado nos dejan generosamente el salón de actos del D'Elhúyar, con su patio de butacas, iluminación, escenario... y hacemos cuatro pases, de unos 45 minutos, por ciclos educativos, durante toda la mañana».

Junto a ella, como coordinadora, «participan padres mayoritariamente y también algún profe. Este año, por ejemplo hay una escena de fenómeno fan con grupies y policías que, en realidad, son los tutores y profes especialistas que vienen a este salón de actos con los alumnos, así que al final logramos participar todos porque muchos quieren pero muchas veces no pueden, y como en cada pase los profes cambian y el nivel de idioma de los alumnos es diferente también nos permitimos guiños, y más interacción».

 

Inmersión.
Alice subraya que uno de los objetivos es «que el alumnado pierda el miedo a hablar en inglés. Si ven que sus padres o los de sus amigos lo hablan, les da menos vergüenza, lo naturalizan y es un gran ejemplo, porque, además, sus padres tienen un nivel similar al suyo; incluso alguno se esfuerza y se aprende la obra por la pronunciación aunque no sepan apenas inglés».

Eduardo Subero, director del centro, resalta que la iniciativa  «comenzó en el hall del colegio, inicialmente para los más pequeños, y actualmente ya se hace para todo el alumnado». Reconocía que «es complicado coordinarse y ensayar, porque los horarios de padres y profesores no tienen porqué coincidir», pero apunta que es una manera de ahondar en el «conocimiento del inglés no solo de una manera divertida sino también en cuestiones culturales, como es este año la música rock».

 

Implicación.
En el proyecto se actúa, decora y se hacen funciones técnicas. Incluso los tutores de cada grupo que acude como público, infantil, 1º y 2º de Primaria, 3º y 4º, y 5º y 6º, en diferentes pases, se suman como figurantes.

Hay padres que actúan, como Eva Garrido, trabajadora de ARPA Autismo, que lleva prácticamente desde el inicio ya que comenzó cuando uno de sus hijos, ahora en el instituto, era alumno de Infantil. «Alice facilita mucho todo. Es cierto que de pequeños tus hijos te adoran cuando te ven actuar. Un año me tocaba morir en la escena y mi niño lloró, pero con la edad es una mezcla de 'me encanta pero paso vergüenza'», indicaba caracterizada de monje tibetano. Otro intérprete, Marcos Prieto, padre de cuarto y sexto curso y enfermero del Seris, aseguraba que «nosotros invertimos tiempo y pronunciación, pero también nos divertimos». 

En el ámbito decorativo, para Rubén Solano, padre y sanitario, es su primer año. «Quienes participamos lo hacemos todo con gusto, amor y cariño, y al final ves a los chavales la energía que proyectan, la felicidad y que lo dan todo». También aplica sus conocimientos artísiticos, Raquel Arries, maestra y madre, participa por segundo año. «Al final si queremos que los niños aprendan a colaborar en equipo está muy bien que nos vean a los padres como ejemplo, aunque el resultado final para ellos es más una sorpresa y les asombra todo lo que hacemos». Por su parte, Belén Sáez, profesora de inglés, destaca que «la idea inicial es de Alice, nosotras nos sumamos en elaborar la decoración en función de su idea, juntando materiales, hay gente más mañosa y con las ideas de unos y otros al final sale, y luego ya ves que los niños se lo están pasando pipa y disfrutan mucho porque ven a padres y profes en un papel muy diferente al diario».

Entre el público no solo había alumnos este martes, también madres, abuelos, hermanos, exalumnos, profesores de otras materias y gente ajena. «Había oído hablar de esta representación, he tenido que venir al D'Elhúyar por otro motivo y me he quedado a ver; me ha sorprendido porque algunos de los que actúan los conozco y no esperaba que se desenvolvieran en inglés», indicaba Juan.

Cristina, madre de un alumno explicaba que «Los críos están muy ilusionados, ya los ves, están encantados». También entre el público, Oihane y Claudia, de 18 años, indicaban haber ido «porque conocíamos a uno de los actores y hemos flipado, hubiera estado gracioso haberlo vivido como estudiante».

Al final de cada pase el alumnado coincidía en aplaudir, bailar y jalear a sus padres y profesores, aunque de diferente manera. Mientras entre los alumnos más pequeños reinaba una celebración más alborotada, los de quinto y sexto jaleaban al unísono al profe de educación física, cuya función en el papel de agente de seguridad consistía en llevarse en volandas a una de las actrices amateurs que hacía de fan.


* Esta es una versión del artículo más extensa que la publicada en la edición en papel del miércoles 7 de junio de 2023.